Partieron, con antorchas en mano, desde el Colegio Departamental hasta el Napoleón Perea para ratificar una vez más el inconformismo que sienten por el salario que reciben mensualmente como pago por educar las futuras generaciones productoras del país.
Se declaran cansados del retórico discurso de que la actividad que ejercen es de suma importancia porque están moldeando vidas, construyendo sueños en realidades y transformando pensamientos. Reconocen que esto es cierto, pero aseguran sentirse burlados en su fe y en su amor por la profesión.
"Los políticos tienen este discurso de boca en boca y con él apelan al amor que los maestros sentimos por educar y por el afecto que le tomamos a los alumnos, para mantenernos en un vaiven indefinido. Si este discurso fuera sincero el Gobierno tendría en mejores condiciones salariales a los maestros públicos, se preocuparía por mejorar su nivel de vida. Económicamente ya para los jóvenes no resulta buen negocio ser profesor porque se dan cuenta que la labor es bastante ardua y poco remunerada, algo que es verdaderamente lamentable", precisa Miriam García docente de Biología.
Los docentes se quejan de los bajos ingresos, algunos reciben un pago mensual de millón 200 mil pesos.
"Queremos un aumento salarial del 8% y un nivel salarial con respecto a los demás funcionarios públicos de un 28,32%", precisa Medardo Hernández, presidente del Suded (Sindicato Único de Educadores de Bolívar), quien además recalca con firmeza: "Colombia apenas invierte del 2,9 al 3,1 por ciento de su producto Interno Bruto (PIB) en educación. Con respecto a países como Brasil que invierte el 10% de su PIB en este mismo renglón; quedamos mal parados. En el pliego de peticiones que defiende Fecode se está solicitando que al menos se invierta el 7,5% del PIB".
La "Marcha de las Antorchas" fue multitudinaria y estuvo nutrida no sólo por los docentes sino por padres de familia y cientos de miembros de las centrales obreras y otros sindicatos. Fue una manifestación pacífica y simbólica: las antorchas en medio de la noche pueden interpretarse como la luz que precisa la educación pública colombiana en la oscuridad de un sistema político actual poco favorecedor a las aspiraciones de los maestros.
"La mala calidad de la educación en nuestro país tiene su origen en una política débil que ha perpetuado una educación de pobres para pobres. Los maestros no tenemos la culpa porque no somos quienes hacemos las políticas, ni quienes decidimos los presupuestos", espeta Medardo Hernández.
El paro indefinido de educadores en Bolívar comenzó ayer miércoles, 22 de abril, e irá hasta las últimas consecuencias advierten los protagonistas. El Gobierno, por su parte, ha anunciado que volverá a las mesas de negociaciones con Fecode el próximo lunes 27 de abril.
El cese de actividades de maestros tiene en Bolívar a cerca de 500 mil estudiantes sin recibir las clases reglamentarias.
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