En el corregimiento Los Gómez, remota población ribereña de Lorica, Córdoba, 120 niños continúan en clases gracias a que la rectora de la escuela rural, Érica Pérez, junto con cuatro docentes decidió no sumarse al paro nacional.
Mientras el magisterio en Córdoba marcha por las calles con arengas para reclamar beneficios salariales, este grupo de educadores atraviesa una trocha y el río Sinú en planchón para llegar a la sede académica a cuarenta minutos de Lorica.
Ello les ha valido insultos e intimidaciones por las redes sociales, Facebook y Whatsapp, principalmente; pero también reclamos directos por otros miembros del magisterio que dicen sentirse traicionados.
“Nosotros no estamos en contra del paro de docentes. Los reclamos salariales son justos, pero no es justo perjudicar a estos estudiantes, sobre todo porque son de condición humilde”, apuntó la rectora Érica Pérez, y añadió que los docentes que la acompañan lo hacen de manera voluntaria.
PREOCUPAN PRUEBAS DE CONOCIMIENTO
En la escuela Los Gómez asisten 422 niños de educación básica y secundaria.
Para atender esta población estudiantil hay asignados 22 profesores, la mayoría acogidos a la huelga.
Por ello, el contenido curricular está interrumpido. La personera estudiantil, Leidys Arteaga, y su compañero Ever Méndez, manifestaron su preocupación por la preparación para las Pruebas Saber y el examen Icfes. “No estamos preparados para presentarlos. Necesitamos que vuelvan los profesores”, anotó la joven estudiante.
Los alumnos beneficiados por la voluntad de los educadores, expresan agradecimientos con ellos, pero no ocultan la incertidumbre, además porque la mayoría de los estudiantes del pueblo son víctimas del ocio y del desespero en vista de la escasa distracción real que ofrece el entorno.
Mientras continúe la huelga educativa de carácter indefinido, en la que ni el magisterio ni el gobierno tuercen el brazo, de igual manera se declaran los cinco profesores que esta vez decidieron no soltar la tiza.
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