Se hace llamar Alter Eddie en su blog. En realidad se llama Edgar Álvarez y Alter Eddie es su Álter ego en plastilina modelado con sus propias manos. Se presenta como “animador, plastilinómano plastilínico que plastiliniza algunas de las cosas que pasan en nuestra realidad plastilínica”.
Plastilinizó, por ejemplo, a Donald Trump, con la banda de ‘Miss Erable’, y pidiendo “Voten por Mi..ss”, también hizo un homenaje en plastilina a Don Ovidio ‘Por el derecho a morir dignamente’, y ahora con su campaña #RetoPlastilina en las redes sociales invita a los jóvenes a hacerle un tributo a sus mascotas.
Él trabaja mucho el tema animalista, porque siente que más allá de la lúdica del moldeado en plastilina, está el mensaje que se puede transmitir a través de esta.
Es el autor de ‘Plastilina para pequeños y grandes artistas’, de Random House, que ya es su onceavo libro. Y tiene en su cuenta de Facebook ‘Te lo explico con plastilina’ 200.000 seguidores.
Toda una generación lo siguió a través de su didáctico texto ‘La magia de la plastilina’, a través de la cual muestra muchísimas técnicas de modelado, así como muchas opciones de profesiones dentro de este mundo, como asegura el propio Edgar: “Como la animación o la caricatura, es que más que un juego, de la plastilina se puede vivir”, dice.
Para Edgar, explicar un tema con plastilina lo hace más cercano a un niño, a un joven o a un adulto. Los lleva a evidenciar las cosas. “Es como cuando haces un personaje de Cristóbal Colón que aprendes más de la historia al hacerlo en plastilina, que al verlo en un libro”, afirma.
Son muchos los beneficios que se adquieren desde la infancia con la manipulación de la plastilina, como mejorar la motricidad e incentivar la creatividad. Pero también los jóvenes y adultos pueden aprovechar este material para relajarse, desestresarse, romper la rutina.
Edgar cuenta que no hay que cazarse con las plastilinas que hay en el mercado, que también se pueden hacer en casa con harinas o hasta con gelatina, y sumarle colores con pinturas o colorantes no tóxicos.
Él mismo cuenta que se acercó a la plastilina por las arepas de su abuelita y por el gusto de su abuelo por el trabajo en arcilla. “Solía mezclar harinas y arcilla y elaborar figuras de la cotidianidad”, relata este animador, que inició en el oficio trabajando con una productora de comerciales y luego llegó a los programas de televisión.
Ahora trabaja, a través de su blog temas políticos y sociales. Para él “ la plastilina es un material partido que acerca mucho a la gente con temáticas densas, como el paro campesino, y esas imágenes en plastilina de un tema que no es nada amable, que ponía en las redes, se hacían virales”.
"La plastilina es un formidable vehículo pedagógico y eso me ha llevado a realizar talleres por todo el país, así como a escribir mis libros sobre este tema”, Edgar Álvarez.
Eso es lo que más le gusta, poder usar la plastilina para apoyar causas. “Las ONG no saben cómo transmitir claramente las cosas. A mí como persona del común se me facilita contarlas, especialmente con un material como la plastilina que es tan moldeable”.
El año pasado Álvarez estuvo en el Festival Cine Toro, en Cali y en otros municipios del Valle, y lo descrestó ver niños que a través de la plastilina se les facilitaba más contar los problemas que afectan a su pueblo, como las promesas incumplidas de un alcalde que les prometió pavimentar sus calles pero no lo hizo. “Lo interesante es que se convierte en un medio de expresión, de desahogo, de creatividad de un niño o de un adulto”, dice.
Se puede empezar haciendo muñecos de las series de televisión o de películas que le gustan al niño e inducirlo a tratar sobre temáticas variadas. “Si sabes hacer una bolita con plastilina ya tienes ganado un canal muy grande. Es como si sabes hacer líneas en dibujo, que es la base de todo”, explica.
“Todo el mundo piensa que hacer animación en plastilina solo es para artistas, pero no, lo bonito es justamente decirle a la gente que esto es algo que todos estamos en capacidad de hacer. No hay que limitarse a un modelo, a un paso a paso de una figura, sino ir más allá”, agrega.
Para ello, cuenta él, los padres tienen como tarea, llevar a los niños a exposiciones, talleres, cursos. “En las artes hay algo fundamental, entre más conoce uno sobre esto, más habilidades podrás adquirir. Entre más cultura visual se tiene, obviamente más se mejora el trabajo plastilínico”, dice Édgar, quien estudió durante seis años en Los Ángeles en los talleres de los mejores animadores en el mundo.
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