El Distrito busca que la deserción escolar en Cartagena esté por debajo del 2%. Las cifras de Cartagena Cómo Vamos indican que el año pasado 4,95% de los estudiantes matriculados no terminó el año, pero ¿por qué no vuelven al colegio? La Secretaría de Educación tendrá que responder en un debate en el Concejo por estas cifras.
El próximo 28 de octubre se llevará a cabo el debate sobre deserción escolar y posterior a este se realizará seguimiento del cumplimiento de los compromisos que implementará la Secretaría de Educación Distrital. Antes del debate decidimos preguntar a la Secretaría qué se está haciendo para frenar el tema.
El Distrito es optimista. Según Juan Carlos Urango, director de Cobertura Educativa de la Secretaría de Educación, sus programas buscan que este año la cifra de deserción se reduzca a la mitad.
“La idea es que este año logremos una deserción por debajo del 2%. No podemos garantizar una deserción cero, pero estamos detectando los factores de riesgo que provocan que los jóvenes abandonen el sistema educativo, para evitar que se siga presentando este fenómeno y mejorar las condiciones para ofrecer una educación de calidad”, aseguró Urango.
No es una tarea sencilla, pero sí es necesaria. Aunque es difícil relacionar directamente las cifras de deserción escolar con la falta de ocupación en los años posteriores, la Gran Encuesta Integrada de Hogares del DANE, entrega un dato preocupante: para el 2015 en Cartagena el 31% de los jóvenes, de 15 a 24 años, se ubicaron entre el rango de personas inactivas laboral y académicamente. ¿Permanecer en el colegio habría mejorado la situación? Posiblemente. Como sea, el Distrito quiere que la cifra disminuya y cada año más niños terminen sus estudios satisfactoriamente.
Pero el tema de la deserción es mucho más complejo que garantizar gratuidad en los colegios públicos. Según la Secretaría de Educación, uno de los factores que más influye a la hora de que un niño deje de ir al colegio es la falta de dinero: para comprar útiles escolares, para desayunar o almorzar antes de irse a estudiar, también la dificultad de pagar un pasaje o de tener quién acompañe al niño a su colegio.
Otro de los factores que más influye es que en su casa no exista preocupación por la educación del niño ni ayuda para hacer las tareas.
La violencia es otro factor tristemente célebre. En ocasiones las fronteras invisibles generan temor en los estudiantes y en sus familias, quienes prefieren no mandarlos al colegio por seguridad. Y la violencia al interior del colegio, cuando el niño es víctima de acoso de compañeros o profesores, que le generan temor de volver a estudiar.
¿QUÉ HACE EL DISTRITO?
Ante estas problemáticas, la Secretaría de Educación Distrital decidió ejecutar el Sistema Integrado de Permanencia Escolar (SIPE), que incluye cinco programas para combatir los factores de riesgo y evitar el aumento de niños y jóvenes por fuera del sistema educativo.
“El SIPE es un programa que se creó para solucionar el problema de deserción, a partir de la articulación de varias entidades del Distrito para que con la integración de sus esfuerzos se logre el mejoramiento del sistema”, explicó Urango.
Por su parte, el secretario de Educación Distrital, Germán Sierra, explicó que se optimizarán los programas ya existentes de Transporte y Alimentación Escolar (PAE), que actualmente atiende a 120.000 niños de los 140.000 matriculados en colegios oficiales, y se sumarán los de Calidad en el Entorno Educativo (CEE), Centros Tutoriales Distritales (CTD) y Acompañamiento Psicosocial.
Docentes y estudiantes universitarios de último semestre de la Universidad de Cartagena estarán dispuestos a atender los Centros Tutoriales, donde los alumnos podrán reforzar, recuperar, nivelar o complementar sus competencias en asignaturas como ciencias, matemáticas, lenguaje o inglés.
“El programa está dirigido a todas las localidades de la ciudad. La idea es identificar en las instituciones a aquellos estudiantes que tengan bajo desempeño académico y realizarles un constante acompañamiento hasta que mejoren y dejen de lado la posibilidad de abandonar la escuela”, explicó el director de Cobertura.
También está el "Fondo Bicentenario", que otorga becas para que los egresados de colegios oficiales puedan estudiar en cualquier universidad de Cartagena, no solamente en las públicas.
“La idea es ampliar las posibilidades de que los estudiantes tengan acceso a la educación superior, a programas técnicos y tecnológicos. Todo un abanico amplio de posibilidades para egresados de nuestras instituciones oficiales”, puntualizó Urango.
¿Y las embarazadas? A partir de noveno grado aumenta la tendencia de la deserción de las mujeres, esto se debe a la etapa fértil por la que pasan las jóvenes, que muchas veces por su estado de embarazo deciden no seguir y abandonan los estudios.
La Secretaría, a través de su programa "Modelos Flexibles", ayuda a las chicas en etapa de gestación para que finalicen su año escolar en las mismas condiciones que los demás estudiantes, resguardando su derecho a la educación.
Otro de los grandes problemas de Cartagena tiene que ver con la cobertura. La ciudad debe pagar por la educación de 20.000 niños bajo la modalidad de “matrícula contratada”, que consiste en que las escuelas privadas reciban a estudiantes de distintos barrios populares de la ciudad, que no tienen colegios en el sector donde residen.
“La ciudad tiene 104 instituciones educativas oficiales y nosotros contratamos 54 a través de este programa. Formalmente estamos trabajando con 158 instituciones educativas y tenemos algunas en concesión, lo que da un total de una matrícula oficial que asciende a 166”, destacó Urango.
CONCEJALES OPINAN
El Universal dialogó con Ronald Fortich, quien planteó una iniciativa de solución a este flagelo de deserción escolar. El concejal busca la articulación del sector empresarial con el académico y la mayor cobertura de otras instituciones que permita ampliar el espectro educativo.
“Se está tomando como piloto el Colegio Mayor de Bolívar y otras instituciones que se acercan más a lo se está necesitando en la ciudad de Cartagena, es decir más cupos para educación. El Mayor le quedó pequeño a la ciudad por lo que se necesita ampliarlo a las tres localidades y elevarlo a la categoría de una gran universidad, que genere más carreras acordes con lo que se necesita”, explicó Fortich.
Por su parte, el concejal Cesar Pión pronosticó un futuro no muy satisfactorio para la educación de Cartagena. Afirmó que para mejorar y evitar la deserción primero hay que tener en cuenta la formación de calidad de los docentes.
“Aquí hay muchos docentes que no tienen vocación, hay que apuntarle a los salarios de estos, que les permita tener más estabilidad en los planteles. Además, pienso que las infraestructuras educativas y tecnológicas son muy importantes para el crecimiento educativo de esta ciudad, en la que el acceso a lo moderno solo es posible para los estratos superiores”, aseveró Pión.
También consideró que la falta de recursos en educación son los principales agentes de deserción y desestimulo de la población escolar.
“La misma economía familiar hace que tengamos una alta deserción. Tiene que haber un revolcón en la educación donde se especialicen los diferentes planteles de bachillerato y se miren si los recursos invertidos son suficientes y realmente cumplieron el objetivo: una educación de calidad”, concluyó Pión.
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