Luis Murillo Ortega tiene 21 años, vive en Manzanillo del Mar y siempre soñó con ser ingeniero. Pese a que tuvo varias dificultades logró ingresar a una universidad de la ciudad para estudiar Ingeniería Ambiental, los primeros semestres fueron complicados, pero siempre pensaba en que lo más importante era convertirse en el primer profesional de su familia.
Hoy ya está en noveno semestre y es uno de los ocho becados del programa de Fundación Bancolombia Becas sueños de paz, en alianza con la Fundación Serena del Mar. Esto lo consiguió el año pasado cuando estas dos fundaciones se unieron para facilitar el acceso a la educación superior a ocho jóvenes de Manzanillo del Mar y Tierrabaja, y así contribuir a la transformación de los territorios.
“Cuando supe que fui seleccionado sentía bastante felicidad, primero porque sería el primer profesional de mi familia, segundo que la fundación Serena del Mar no solo se preocupa del beneficio económico que nos da sino que nos forma desde el ser, con capacitaciones para que sea más fácil adaptarnos a la vida laboral”, dijo con una gran sonrisa Murillo Ortega.
Uno de los compromisos que adquirió al beneficiarse con la beca fue contribuir a su comunidad con los conocimientos adquiridos en su carrera. Para él no es un compromiso, más bien es una pasión formar a otras personas y concientizarlas sobre el cambio climático.
“No es más que devolverle a la comunidad lo que aprendí en la universidad. Trabajo en alianza con un gestor ambiental para educar a los estudiantes en los colegios, que sean instituciones ecoamigables para apropiarse de conocimientos ambientales”, explicó el joven, añadiendo que es importante contribuir a la disminución de los efectos del cambio climático en Cartagena.
Luis fue seleccionado mediante un proceso de evaluación que tuvo en cuenta su desempeño académico, el cual no puede ser inferior a 3,5.
“Tenemos, de las 10 oportunidades de becas, ocho becados ya en carreras como Psicología, Ingeniería Ambiental e Industrial. Lo más importante de esto es que nosotros podamos, en lo posible, cerrar el ciclo de estos jóvenes y que puedan ser los futuros empleados del proyecto”, destacó Isabel Mathieu, directora Social de la Fundación Serena del Mar.
Con esto está de acuerdo Lina María Montoya, directora ejecutiva de la Fundación Bancolombia. “Para nosotros es muy importante tener esas alianzas porque solos no podemos. En especial tener esos aliados locales, como la Fundación Serena del Mar, que los acompaña antes, durante y después. La expectativa es que una vez se gradúen, ellos le devuelvan a su ciudad y a su territorio, a través de proyectos”.
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