Columna


El Club de los Ex

JAIME ALBERTO RESTREPO CARVAJAL

06 de junio de 2009 12:00 AM

JAIME ALBERTO RESTREPO CARVAJAL

06 de junio de 2009 12:00 AM

El regaño más frecuente en las familias paisas tradicionales era ¡coja oficio!; una manera constructiva como los padres enseñaban a sus hijos que el “destino” (como llaman en esa tierra al “trabajo”) es el mejor “castigo”: ¿Tendrá la “trabajadera” montañera este origen Freudiano que contrasta con la “gozadera” calentana? Pero, cuando esa expresión sale de labios del Presidente de la Corte Constitucional hacia los oídos de un expresidente de la República, la intención no suena tan paternal. El magistrado Nilson Pinilla mandó a ¡coger oficio! a Pastrana, luego de calificarlo de “desocupado”, cuando éste puso en duda la imparcialidad que tendría la Corte en la revisión de legalidad del referendo reeleccionista. Y fue más allá: “cada vez que lo entrevistan (a Pastrana) dice lo primero que se le ocurre; quiere mantener vigencia y por eso lanza este tipo de comentarios”. Estos rifirrafes divertidos seguirán pasando en Colombia con casi todos los miembros del “Club de expresidentes”. El único que evita opinar en política es el más longevo (sabiduría de los años); Belisario tuvo la inteligencia de dedicarse en su ocaso a lo que más disfruta: libros, poesía y su musa; sin hacerle daño a nadie. No ocurre lo mismo con los demás socios del Club: Pastrana siempre arremete en política, normalmente desde afuera del país donde parece amañarse más, pero sus opiniones son muy poco acatadas por su propio partido…; condenado al síndrome de la “silla vacía”. Gaviria, dada su investidura de Jefe del Liberalismo, ha sido el más locuaz últimamente pero tampoco enamora a sus copartidarios…; “ciertamente” ignorado. Y Samper seguirá sembrando cizaña con su verbo ácido y oportunismo político, así su partido no le prenda velas…; lo que pasó “a sus espaldas” lo condenó a no tener credibilidad. Pero las cosas podrían cambiar el 1º de enero de 2011 si la Corte Constitucional tumba la reelección, o ésta pasa pero el pueblo no la respalda. Ese día, al “Club de los ex” llegará un quinto miembro que conoce los problemas del país mucho más que el resto de colombianos tras 235 consejos comunales de Gobierno (y los que faltan…;), con popularidad altísima y reconocimiento internacional. Uribe nunca se quedará callado y será bastante acatado, no solo por los partidos que comparten su pensamiento, sino por muchos estamentos del país y ciudadanos del común (a los que conoce con nombre propio); con otra ñapa: es muy factible que el próximo Presidente sea de su cuerda. Es difícil imaginar a un expresidente Uribe con un pan baguette debajo del brazo caminando por una calle parisina, o vendiendo cuadros de Botero en una galería en Nueva York, mucho menos asistiendo en traje de gala a una fiesta con la crema y nata madrileña. Esos “huesitos y carnitas” están todavía frescos, dotados de un cerebro muy bien calibrado y un temperamento bastante brioso para pensar que no seguirá, desde “El Ubérrimo”, tirando línea a Colombia y al exterior. No sería raro que resulte más combativo como “ex”, que en calidad de Presidente. Quien lo reemplace no podrá ser inferior en logros…; y tendrá a Uribe respirándole en la nuca. La desventaja de sus contradictores es que no podrán callar al expresidente Uribe con un “coja oficio”, porque es el regaño que más le gusta desde su niñez y lo tiene destinado a “trabajar, trabajar y trabajar” (pobre Doña Lina). restrepojaimea@gmail.com

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