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La oportunidad de crear negocio propio para tener ingresos diarios, es anhelo de muchos en su plan de mejorar sus condiciones de vida.

Un destacado número de familias de barrios populares de Cartagena, se abrigaron con sus ideas de emprendimiento llevándolas a la práctica, y están logrando superar la situación de vulnerabilidad social en que se encontraban.

Pero no lo han hecho solas, pues estas personas son asistidas y acompañadas en todo el proceso, por la Alcaldía de Cartagena a través del Plan de Emergencia Social ‘Pedro Romero’ (PES), que ha financiado sus pequeños negocios sin que tengan que restituirle al Distrito esos recursos.

Paralelamente la Fundación Encausa, aliada de la Administración Distrital en esta causa, articula la parte operativa, pues les imparte formación gratuita en las actividades que les gusta, para que desarrollen sus ideas laborales.

Del PES reciben microcréditos, posibilidades de inclusión financiera y capacitación sobre bancarización.

El programa está vigente hace 5 años, y en 2016 benefició a 350 familias de barrios periféricos y en 2017 la Administración Distrital trabaja en la creación y fortalecimiento de otros 200 negocios.

Glenis, confeccionista

A finales de agosto pasado, 20 mujeres cabeza de hogar fueron graduadas por el PES y el Sena como Operarias en Confección Industrial, y recibieron máquinas planas para coser todo tipo de vestuario.

Glenis Meneses Muñoz, residenciada en Ciudad Bicentanerario y madre de tres niños, es una de las beneficiadas, ella esta recorriendo esa ruta de emprendimiento.

“Ahora puedo hacer las prendas en mi casa y generar ingresos propios. Tengo clientela que manda a hacer uniformes y vestuario en general; me buscan para hacer arreglos de ropa y prendas nuevas”, narra esta confeccionista, quien anteriormente realizaba su trabajo de costurera en la máquina de una vecina.

Procedente de Girardota (Antioqueña), Glenis llegó hace varios años a Cartagena, desplazada por la violencia.

Empezó capacitación con el Sena hace año y medio, en el Centro de Atención Integral del PES, en Bicentenario, y en ese entonces la Alcaldía le dijo que la ayudaría a estabilizarse, junto a sus compañeras.

Las 20 confeccionistas graduadas desean formalizarse por grupos, creando sus negocios como microempresas, y mantienen llameante esa idea.

Rosmary, comerciante

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Hace dos años Rosmary Hernández Payares era vendedora ambulante de productos varios, que también ofrecía a crédito.

Y hace un año una amiga le habló de la probabilidad, a través del PES, de montar y fortalecer un negocio propio en casa.

Hernández se le midió al reto y fue capacitada por Encausa, en temas de emprendimiento, administración y servicio al cliente, mientras que el PES le proveyó los insumos que ella solicitó: una vitrina y mercancía de tienda.

“Ya no aguanto sol en la calle, estoy en mi casa y aplico lo que me enseñaron; observo las necesidades de consumo de la gente para ir surtiendo el negocio, eso lo aprendí en la capacitación que me dieron”.

Tienda y Variedades Kelianis se llama su pequeño, pero surgiente negocio, visitado por bastantes clientes del deprimido sector Ricaurte, barrio Olaya Herrera, donde también vive ella.

A Rosmary Hernández le ayuda con el negocio su esposo Elvin Blandón Corrales, y han mejorado sus condiciones económicas, junto a sus cuatro hijos pequeños.

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