Jóvenes líderes y la oportunidad de transformar a su comunidad
La apatía, el desinterés y la desconfianza que desde hace años se estaba enquistando en el barrio Los Almendros, fueron aprovechados como una oportunidad para comenzar a transformar esa comunidad.
Según narran habitantes de este barrio, hace más de cinco años que los residentes desistieron de procesos comunitarios a través de la conformación de una Junta de Acción Comunal (JAC). Precisamente, la confianza respecto a estas corporaciones comunitarias se había perdido debido a distintos hechos en los que los habitantes de Los Almendros se sintieron defraudados, e incluso se generaron situaciones que en lugar de beneficiar al vecindario provocaron señalamientos, divisiones y hasta amenazas.
Ante la crisis de comunidad que vivía Los Almendros, estudiantes universitarios que crecieron en el barrio y que no superan los 25 años, decidieron darle rienda a una iniciativa social.
“La iniciativa surgió en el parque del barrio, en 2015. Estábamos hablando sobre la crisis social y económica que vive Cartagena y analizando a los candidatos que en ese momento estaban aspirando a la Alcaldía, nos dimos cuenta que estos fueron cómplices de alguna u otra forma de esa misma crisis que vive la ciudad. Por eso decidimos aportar nuestro grano de arena, dirigiéndonos a las comunidades a través de tertulias en las que informamos quiénes eran los candidatos, cuáles eran sus propuestas y la viabilidad de estas, y así mismo escuchábamos las opiniones de la gente. Fue un ejercicio participativo muy valioso”, cuenta José Bejarano, de 23 años, estudiante de ciencias políticas y relaciones internacionales.
El joven continúa explicando que a partir de este ejercicio pudieron reflexionar que si era posible generar sentido de pertenencia en otras comunidades, por qué no hacerlo en la suya, en donde las problemáticas eran numerosas y la causa de estas era la desidia ciudadana.
“Cuando decidimos conformarnos como JAC, primero investigamos cómo estaba el barrio en materia legal desde la última Junta que hubo. En ese sentido, encontramos documentos que debíamos actualizar, lo cual nos llevó tiempo. Sin embargo, durante esos meses nos pusimos en la tarea de socializar la iniciativa, inicialmente con nuestras familias y luego con los vecinos. Tras eso, iniciamos el proceso formal y armamos una plancha para la jornada de elección de la JAC, que se hizo en junio de este año”, dice Gilbert Caraballo, estudiante de ingeniería química, de 21 años.
Pese a la convocatoria en el barrio, solo una plancha se postuló para la elección de la Junta de Los Almendros. Fue la que inscribieron los jóvenes, quienes lograron obtener la votación necesaria para ser elegidos, a pesar del prejuicio por su corta edad, con el que en muchas ocasiones se han topado. Vale la pena destacar que la Ley 743 de 2002 –que regula los organismos de acción comunal en el país– establece que los dignatarios de las JAC deben ser “personas naturales mayores de 14 años que residan dentro de su territorio”, por lo que no existe ningún impedimento legal para que los muchachos ejerzan liderazgo comunal en Los Almendros.
“En la desconfianza encontramos inconvenientes para avanzar, somos subestimados porque somos jóvenes y porque generalmente estos espacios de JAC son permeados por personas que no tienen un verdadero interés social. Notábamos esto cuando, por ejemplo, íbamos a las casas de los vecinos a hablarles sobre temas de la Junta y nos cerraban las puertas, o no acudían a las convocatorias que hacíamos. Pero con el tiempo, con acciones que estamos desarrollando, hemos venido ganando un poco de confianza en la comunidad”, afirma José, quien fue elegido presidente de la JAC de Los Almendros.
Primeras acciones
La Junta de Los Almendros creó varios comités de trabajo, de acuerdo a las principales temáticas que necesitan atención en el barrio. Así, están los comités de Seguridad, Medio Ambiente, Infraestructura, Cultural, Deporte, entre otros. Con el propósito de integrar a la comunidad en los procesos, hay comités que cuentan con el acompañamiento de residentes del barrio que no hacen parte directa de la JAC.
“En reunión con la comunidad y la Junta se conformó un frente de seguridad con apoyo de Distriseguridad, que acordó aportar alarmas y pinturas para el frente. Además se conformó un grupo juvenil de apoyo. Trabajamos en esto porque se ha identificado que el barrio está sirviendo de cruce de ladrones cuando cometen hurtos en sectores vecinos. Tenemos cerca de cuatro atracos a la semana y es algo que queremos acabar”, menciona Gabriel Lora, residente del barrio, quien apoya las labores del frente de seguridad que se creó.
Peticiones a la empresa Aseo Urbano y al Establecimiento Público Ambiental (EPA) para controlar los basureros satélites, solicitud de reductores de velocidad ante el Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte (DATT), control al excesivo parqueo de vehículos en zonas verdes del parque del barrio y regulación a los horarios de uso de las canchas deportivas para disminuir los inconvenientes entre quienes utilizan esos espacios, son algunas de las acciones que ya desarrolla la JAC a través de los comités.
Con la del barrio Santa Rita y la de Los Almendros son solo dos Juntas de Acción Comunal en Cartagena que están integradas únicamente por jóvenes, que ahora deben organizar sus tiempos entre mantener las actividades propias de muchachos de su edad, con las diversas gestiones por rescatar el bienestar en sus comunidades.
Una galería para la ciudad
La calle principal del barrio Los Almendros (que da acceso desde la Transversal 54) es una de las preocupaciones de la Junta de Acción Comunal, ya que evidencia problemáticas en cuanto a seguridad y contaminación, debido a dos lotes abandonados que tiene a sus lados. La propuesta de la JAC para recuperar esta zona es convertirla en una galería que puedan aprovechar no solo los habitantes de Los Almendros, sino toda Cartagena.
“En la calle principal hay dos terrenos abandonados que han afectado la seguridad en la zona, ya que sirven de escondite de ladrones; y además generan contaminación porque hay plagas, son un basurero satélite y también un orinal. Queremos transformar esa calle abandonada en una galería pública para el barrio y para Cartagena, donde con grafitis constructivos rescatemos a los personajes que han influido positivamente en el mundo, que sea un sendero constructivo en la ciudad”, explica José Bejarano.
