La cantante y actriz Demi Lovato se ha sincerado en una entrevista a la revista American Way sobre sus adicciones y la imagen que tiene sobre su propio cuerpo.
La protagonista de “Camp Rock” alguna vez pensó que no llegaría a los 21 años: “He vivido rápido y moriré joven... No pensé que llegaría a los 21”. La cantante ha luchado en el pasado con adicciones a las drogas y al alcohol. En otra entrevista reciente confesó que no podía pasar una hora sin consumir cocaína.
Lovato ha admitido que no fue fácil para ella manejar la fama a tan corta edad y que se convirtió en una pesadilla para sus padres. “Les decía “¿Qué van a hacer? Yo pago las cuentas”. Puse a mis padres en una posición incómoda. No hay un manual a la hora de lidiar con una estrella de pop”.
Los desordenes alimenticios y los problemas mentales han sido una constante en la vida de Lovato. La actriz habla con franqueza sobre como su madre y su abuela sufrían de bulimia y como espera que a sus hijos no les pase lo mismo.
“No estoy cerca de tener hijos, pero me hago muchas preguntas. Mi mamá y abuela tenían bulimia, yo la tuve, espero que mis hijos no la tengan, pero es como una adicción. Es hereditario”, dice.
La joven de 23 años fue diagnosticada con un trastorno bipolar en 2010.
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