Twitter: @jeavybreathing
Era el año 2015, estrenaba Narcos y una gran parte de la audiencia colombiana perdía la cabeza; acusaban a la serie de apología al narcotráfico, xenofobia y otra cantidad de infamias. En medio de la avalancha de odio maquillado con corrección política, el verdadero malestar del espectador estuvo asociado al protagonista.
Para muchos compatriotas de Pablo Escobar resultó imperdonable que el soteropolitano Wagner Moura (Carandiru, Tropa de Elite) no tuviera un auténtico acento paisa, las comparaciones con la legendaria interpretación de Andrés Parra en El Patrón del Mal no se hicieron esperar.
Cabe aclarar que el trabajo de Dynamo Producciones fue impecable y que la intención de Netflix nunca fue enemistarse con el público de nuestro país. Desde un principio, Narcos estuvo pensado como un producto dirigido a un mercado global, y su éxito mundial dejó claro que la compañía con sede en California no tiene en sus planes cometer errores (excepto la cancelación de una consentida del pueblo como Sense8).
Esta coproducción entre Univisión y el gigante del VOD relata el ascenso de Joaquín Guzmán, sus vínculos con narcos de Colombia y brinda una noción sobre la aparente corrupción del Gobierno Mexicano.
La primera temporada ya está disponible en Netflix y consta de 7 episodios que se dejan ver en una sola sentada, un buen plan de domingo para quienes logran disfrutar de unas buenas balaceras en high definition. Uno de los puntos más altos de la serie es la acertada escogencia de Marco de la O como protagonista; un parecido físico innegable y una actuación llena de matices hacen que este sea un Chapo bastante creíble.
El sexto episodio de El Chapo transcurre en la Ciudad de Guatemala. Aparentemente pensaron que nadie notaría que varias escenas fueron rodadas en el barranquillerísimo Hotel El Prado, lo cual es una práctica común a la hora de producir una serie, no hay rollo.
No deja de ser curioso que el mismo Hotel El Prado sea el lugar donde el verdadero Joaquín Guzmán se hospedó alguna vez cuando hizo su primer contacto con Escobar, Gacha y Ochoa, así lo aseguró el respetable periodisto mexicano Gerardo Reyes en el año 2015 durante la Semana de las Comunicaciones que celebró la Universidad Autónoma del Caribe. El Chapo no es otra versión caricaturizada del narcotráfico en nuestro continente, esta vez sí hicieron la serie pensando en el consumidor latinoamericano.
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