A Justin Bieber como que le queda grande el Lamborghini. Se enredó otra vez en un parqueadero para sacarlo a la calle.
Estaba en el teatro Saban, de Beverly Hills, California, el miércoles por la noche. Parqueó el Lamborghini detrás del carro de Russell Wilson, un jugador de fútbol americano.
Cuando acabó la función y fue a sacar el carro en reversa para quedar de frente y salir hacia delante, según los curiosos, se demoró más de lo normal en hacerlo. ¿Cuánto es lo “normal”? Nadie lo sabe.
Y, para colmo, Justin estuvo de malas, porque los tales curiosos no eran otros que fotógrafos y camarógrafos y, claro, le daban ánimos con mensajes de que él era capaz de manejar el “carrito”.
Los periodistas justifican esta crítica al cantante, que no tiene nada que ver con su música, porque hace ocho días también se enredó al conducir el auto en el mismo sitio. ¿Una tontería? Sin duda, pero así, el artista les da de comer al público ávido de seguir cada paso que da.
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