La lectura asidua de una enciclopedia que tenía en su casa, fue el momento determinante que marcaría para siempre el oficio de escritor que después adoptaría el célebre periodista español Juan José Millás.
Así lo comentó durante la charla que mantuvo hacia las 12:30 de la tarde con el también escritor de El Espectador, Juan Esteban Constaín en el marco del Hay Festival Cartagena.
Para Millás, quien presenta en la ciudad su última novela “Lo que sé de los hombrecillos”, un texto literario se compone de desconcierto, como el que sintió cuando muy niño en su casa leyó en la enciclopedia la palabra “muerte”.
“Este texto leído a esa edad tan temprana me marcó profundamente sobre todo porque al final había un relato de un hombre que pide que desentierren a su mujer para despedirse de ella, así lo hace, y descubre el llanto de un bebé que su esposa había dado a luz”.
Determinación
Contó al público que lo escuchaba atentamente que su contacto con un libro fue en la biblioteca de su ciudad a la que no iban los muchachos de su edad a leer sino a calentarse producto de las frías temperaturas.
“Teníamos que estar callados y demás y un día por hacer algo saqué un libro y lo leí, resulta que era Hemingway. Después de ese momento no pude para de leer aunque fui un lector desordenado que primero leyó poesía”.
En efecto, para el escritor aunque “la poesía no exige la disciplina que exige la literatura, la escritura de la poesía es un artefacto estupendo para desahogar los sentimientos de la juventud y te da ritmo para escribir, porque una prosa sin ritmo no es una buena prosa. El mejor modo de educar el oído es la poesía”.
Otro de los instantes que, según el español, dirigió su vida hacia la literatura fue ver a su padre que acababa de crear un bisturí eléctrico cortando un gran pedazo de carne.
“Tenía muy pocos años. Mi papá me llamó y me dijo: ‘Fíjate Juanjo mira es increíble corta al mismo tiempo que cauteriza la herida’. Yo me quedé pensando en esa frase y luego me di cuenta que se trataba de algo que hacía daño pero que nos cura al mismo tiempo como la mayoría de las cosas de la vida”.
Millás indicó “descubrí que la escritura hacía un poco como el bisturí, la escritura nos mata y al mismo tiempo nos da la vida”.
Mamíferos e insectos
Cuando Constaín lo interrogó sobre su novela “Lo que sé de los hombrecillos”, el autor elaboró un discurso dividiendo a las novelas en dos categorías: mamíferos e insectos.
“La historia de la literatura está compuesta por novelas que son mamíferos y novelas que son insectos, la diferencia es que los mamíferos están mutando se están perfeccionando, mientras que el insecto es perfecto desde hace siglos, las cucarachas son idénticas a las de hace 300 millones de años porque ya era perfecta, esto pasa un poco con la novela”, asumió.
Puso como ejemplo de “mamífero a la novela “Ulises” de James Joyce, y como insecto a “La metamorfosis” de Franz Kafka, dos novelas coetáneas, “una es complicada y la otra muy sencilla, cada una es lo contrario de la otra”.
Y concluyó: “como escritor a mí lo que me gustaría es escribir insectos porque ‘La metamorfosis’ es simultáneamente simple y compleja, yo humildemente creo que no puedo hablar sobre ‘Lo que sé de los hombrecillos’ porque es simultáneamente compleja, naturalmente esto puede sonar vanidoso pero acepten ustedes al menos que este libro mío pudiera ser la hermana tonta de ‘La metamorfosis’”, dijo generando risas y carcajadas de la audiencia.
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