Recordando a Truman, que así los calificó, son estimados por unos como “muebles viejos” porque no se sabe dónde ponerlos ni qué hacer con ellos. Cuando fui Pte del Consejo Nacional Electoral de 1990 a 1991 traté mucho al Pte Gaviria, amable y deferente siempre conmigo, y mentiría si no reconociera que personalmente me distinguió. Como al CNE de entonces le correspondió organizar la elección de la Asamblea Nal. Constituyente que aprobó la Constitución de 1991, conversábamos con frecuencia sobre ese proceso. Era el trato correcto entre dos altos funcionarios: el uno superior, por Presidente, el otro a un peldaño menos pero visible también como Magistrado, pertenecientes ambos al liberalismo que entonces no dudaba de su izquierdismo ni de partidario del Estado Interventor, condición legada desde 1936 por Darío Echandía, López y Gaitán. Yo veía a Gaviria sin prevenciones porque no lo creía capaz de romper esa línea histórica de pensamiento que engrandeció al viejo Partido.
Mas en lamentable discurso de 1992 Gaviria abandonó la ideología liberal de izquierda y al Estado Interventor y se fundió con el neoliberalismo, su opositor, que nos puso, mediante la apertura, en manos del capitalismo salvaje y de las multinacionales. Hoy acerbos críticos afirman que es un lobista del capital financiero internacional tanto aquí como en el exterior, pendiente más de contratos que de ideas. Sin que me conste lo cuento pero el ex Presidente debería probar lo contrario. Desde entonces la derecha se adueñó del PLC, le puso collar de ánimo de lucro a su cuello, lo convirtió en pregonero del poder financiero y tiró a la basura sus afanes igualitarios. Distante de sí mismo, desde entonces lo critico sin miedo. Soberbio, el ex Presidente Gaviria se cree irrespetado, siendo que su traición nunca fue ni será respetable.
Lo sucedió en 1994 Samper y yo voté por él porque seguía la línea progresista del PLC. Me gustaban sus sátiras, el suave humor de su notable talento, y las actitudes de izquierda propias del “Poder Popular” que dirigía. Creador del SISBEN (Sistema de Selección de Beneficiarios para Programas Sociales) es el último de los mandatarios liberales progresistas, gratos de recordar por sus avanzados pasos, antecedido del viejo López, de Santos que se salva por su apoyo a los republicanos españoles, Lleras Restrepo y Virgilio Barco que jamás dudaron de su izquierdismo, pues lo afirmaron muchas veces. Entonces llegó la tormenta del 8.000 con sus dineros mafiosos y congresistas corruptos que arrolló a Samper y a varios de sus amigos. Sus vientos cruzados aún lo malhieren política y éticamente con sevicia pero sin razones jurídicas.
El Congreso, su juez, lo absolvió, mas sus enemigos aún lo sindican de delitos nunca probados como si tal decisión legítima no valiera. Y él, valiente, se defiende de tal infundio dentro de una torturante escena en la que grita sin ser escuchado, salvo por quienes sopesamos el valor de su legal inocencia. Libre según la ley, a Samper sin embargo lo tiene moralmente preso la derecha, cárcel de la que saldría por la izquierda si lo quisiera.
*Abogado, catedrático, ex Representante, ex Senador, ex Gobernador, ex embajador ante la ONU.
jangossa3@gmail.com
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