Resulta curioso: la palabra “karma” se nos ha vuelto familiar. Decimos con ligereza “tú eres mi karma” o “no me salen bien las cosas porque definitivamente este es mi karma”. Debes tener más cuidado no sólo con las palabras sino con los actos: como dirían las abuelas: “Ponga más atención mijo, pues definitivamente la idea no es repetir el error; hay que corregir, mejorar y avanzar”. Cuando hablamos de “karma”, inmediatamente algunas personas entran en conflicto porque asocian la reencarnación con “karma”, como si fueran sinónimos. En realidad no lo son y tampoco es necesario creer en otras vidas para realizar los arreglos necesarios en el presente. A veces la discusión alrededor de creencias o palabras se nos vuelve un sofisma de distracción, quedando atrapados en detalles que pueden ser de importancia, pero que a la postre no son lo fundamental del tema. El asunto es aprender, tomar la vida con seriedad y darle importancia a lo que realmente es esencial para evolucionar. “Karma” es una palabra traída de Oriente y hace referencia a la rueda de la vida o Samsara. Para liberarnos del sufrimiento no hay que hacer cosas extraordinarias o enormes sacrificios, mucho menos culparnos o castigarnos. Es un asunto de cuidado, asumir la vida con responsabilidad y conciencia de nuestros actos. Aceptar los errores, practicar el perdón y tener la voluntad para cambiar. Mientras no te liberes de los “karmas”, estarás condenado(a) a repetir una y otra vez la misma experiencia. También puede suceder quedarse estancado en el mismo lugar, o lo que es peor, ¡retroceder! Cuando se nos viene a la mente el “karma”, tenemos la tendencia a asociarlo a algo negativo. En parte tienes razón, es necesario liberase de todos los aspectos que nos impiden obtener lo que queremos. El “dharma” hace referencia a aquellos aspectos positivos con los cuales nacemos o adquirimos; algo parecido a nuestras virtudes o talentos que debemos cuidar, conservar, cultivar y, en lo posible, aumentar. En la práctica, el significado del “karma” hace referencia a la ley de causa y efecto, es decir que cada una de nuestras acciones tiene un resultado o consecuencia. Por lo tanto, debes pensar muy bien antes de actuar. En realidad no hay nada de nuevo en ello, el asunto es que si eso ocurre sólo depende de cada uno. Claro que se puede. A eso vinimos: limpia tu “karma” para que transformes la experiencia de vida, y con seguridad conseguirás lo que deseas.
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Limpia tu karma
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