Columna


Los discípulos de Onan

CARLOS GUSTAVO MÉNDEZ

14 de junio de 2009 12:00 AM

CARLOS GUSTAVO MÉNDEZ

14 de junio de 2009 12:00 AM

El 3 de junio, David Carradine, quien se hizo célebre por ser protagonista de la serie Kung Fu, fue encontrado muerto en un hotel de Bangkok, con una soga en el cuello y otra en los genitales, por lo que las autoridades sospechan que la causa del fallecimiento se debió a una peculiar técnica de masturbación llamada autoasfixia erótica. Esta aberración, que se remonta al siglo XVII, también denominada hipoxifilia, consiste en imposibilitar la respiración propia con objetos que cubran la cabeza o por medio de una semiestrangulación para sentir un mayor goce sexual y una mejor erección, basada en la creencia de que los ahorcados tienen episodios de priapismo. El autoerotismo está de moda. El 25 de mayo se celebró en Estados Unidos el día de la masturbación con una olimpiada onanista llamada con el curioso nombre de “Masturbate-thon”, a la cual acudieron los personajes más diestros en esta práctica. El certamen fue fundado hace 5 años por una ex funcionaria federal quien fue despedida por Clinton, por defender la masturbación. El evento incluye dos categorías: mayor número de actos y mayor duración. En los últimos dos años el campeón es un tal Masanobu Sato, quien ha durado 9 horas y 20 minutos dándose manivela sin parar, lapso en el cual logra una muchedumbre de orgasmos. Según la Biblia, Onan, después de que su hermano Her falleció, debía casarse con su viuda Tamar, para asegurar la descendencia del occiso. Como Onan sabía que si ella quedaba embarazada el niño heredaría los derechos de primogenitura (por ser considerado hijo de su hermano mayor), cuando tenía una relación sexual eyaculaba en el suelo. El pecado de derramar la semilla, fue castigado por Dios con la muerte (Génesis. XVIII. 8-10). Algunos autores cristianos asociaron este acto de coito interruptus con la masturbación y de allí viene el nombre de pecado de Onan. La masturbación es uno de los tabúes más fuertes de la cultura occidental. Parece ser que el término viene de manus struprare, o sea cometer estupro contra uno mismo utilizando la mano. Rousseau la defendía porque evitaba que la gente contrajera enfermedades venéreas y porque permitía “someter” figuradamente a las mujeres más lindas, sin obtener de ellas el consentimiento. Los filósofos Federico Nietszche y Paúl Rée, tenían un “triángulo” amoroso extravagante con la bella Lou Andreas-Salomé, que se reducía a sesiones de onanismo, por lo cual ellos mismos lo bautizaron como "La santísima trinidad”. Cartagena ha tenido aficionados vehementes a las prácticas del autoerotismo, como: “Mano Veloz”, de quien se dice que tenía la mayor colección de fotos desnudas de actrices; y un ayudante de latonería de Torices, al que le decían “rapidol”, quien declaraba con mucha picardía que en el baño del taller había centenares de hijos suyos. Como aquí somos embelequeros, ojalá no designen a Cartagena como sede de una de estas olimpiadas de masturbación. Sería una vergüenza, ya que los aficionados nacionales serían apabullados por Masanobu Sato. En fin, según algunos sexólogos, esta tendencia va en aumento, en parte por razones sanitarias e incremento del individualismo. No obstante, las variantes peligrosas como las de la hipoxifilia, son una invitación al suicidio. Allí está el caso de Carradine. menrodster@gmail.com

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