La inflación general regional y la de alimentos no sufrió en mayo variaciones importantes con relación al mes anterior: 0,3 % y 0,2%, respectivamente. Así lo indica el informe mensual de precios de América Latina y el Caribe, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Esta relativa estabilidad del conjunto contrasta con los movimientos alcistas que el informe reporta en el último trimestre en la inflación interanual de los alimentos de Chile, Ecuador, El Salvador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y Uruguay.
En cambio, en Argentina, Bolivia, Brasil y República Dominicana, las tasas de inflación interanuales se han mantenido en niveles muy similares entre marzo y mayo de este año. A nivel global, los precios de los alimentos se sitúan 37% más altos que en mayo de 2010.”El comportamiento de la inflación alimentaria varía mucho de un país a otro en la región, pero todos los gobiernos están conscientes de la necesidad de enfrentar la volatilidad y las alzas de los precios”, precisó Fernando Soto Baquero, oficial a cargo de la Oficina Regional.
Inflación por regiones
Venezuela se mantiene con los índices más altos de toda América Latina y el Caribe, a pesar de que sus índices descendieron respecto a los altos niveles de marzo. Paraguay y Bolivia tienen altas inflaciones generales, y en ambos los alimentos tienen un fuerte impacto en la formación de este alto índice general. Chile y Ecuador muestran que los precios de los alimentos han crecido casi el doble que el índice de inflación general, sin embargo ambos países muestran bajas inflaciones generales anualizadas. Perú y Colombia mantienen bajas tasas inflacionarias generales, con tasas anualizadas de alimentos levemente superiores a la general. En Centroamérica hay un comportamiento alcista en los índices de El Salvador y Costa Rica. En El Salvador, Honduras y Nicaragua los índices de inflación alimentaria bordean el 10%.
Una agenda común
Aunque el alza y la volatilidad de los precios tengan impactos distintos en los países de la región, “tienen en común la búsqueda del establecimiento de agendas comunes y reforzar la colaboración mutua para enfrentar a la situación”, dijo Fernando Soto, oficial de la FAO.
Entre los puntos de esta agenda está la búsqueda de una mayor transparencia y competencia en los mercados de los alimentos; favorecer la eficiencia y equidad en las cadenas de valor de los alimentos y mejorar los sistemas de información sobre producción y comercio. “Los precios internacionales debieran beneficiar a los productores agropecuarios como incentivo para que aumenten su producción, tan necesaria como parte de los instrumentos para el control de la inflación”.
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