Regional


Atrapados en San Francisco

ANÍBAL THERÁN TOM

16 de agosto de 2011 12:01 AM

La casa de Luz Josefina Mindiola De Luque, una de las cocineras más famosas de San Francisco, localizada en la Manzana 17, comenzó a agrietarse hace varias semanas, pero hace tres días ruidos raros salieron del piso y por eso decidió sacar sus enseres y quedarse, junto a sus hijos y marido, durmiendo a la intemperie.
Como ella cientos de familias se han quedado atrapadas en San Francisco, zona afectada por una falla geológica que ha propiciado el colapso de por lo menos 800 casas, porque no tienen a dónde ir. Todas las familias han sido censadas por el Distrito, que entrega un subsidio de arriendo de $200 mil, pero no hay oferta de viviendas para arrendar en los barrios vecinos.  Según Luz Josefina Mindiola De Luque, es difícil salir y dejar todo.
“Yo prefiero dormir en la calle, que quedarme dentro de mi casa. Tampoco me voy porque allá dentro quedan electrodomésticos y elementos importantes”, dijo la mujer. 
Luz Josefina espera que el Distrito cumpla con la promesa de entregarle el subsidio de arriendo y de comprarle una casa grande como la que perdió. “Me toca dejarle todo a Dios”, dice la señora, mientras una vecina le pasa su primera comida del día, un plato de sopa caliente que cocinaron en la mitad de la calle.
La falla geológica que afectó las estructuras de las viviendas fue detectada hace 13 años, cuando se ordenó, mediante un decreto, reubicar a las familias, pero esto no se hizo. En noviembre del año pasado, después de un fuerte invierno, se presentaron deslizamientos que afectaron a 150 viviendas en la parte más alta del barrio. De esa fecha hasta hoy, el problema se intensificó, al punto que en los últimos cuatro días más de 30 casas han resultado afectadas.

Todos unidos
Sin lugar a dudas, la tragedia ha devastado al barrio, pero ha curado las heridas de rencillas viejas. Muestra de ello es que todo el mundo colabora en las mudanzas o quitando las puertas de las casas, los techos o extrayendo el hierro de los escombros.
La crisis de las familias de este barrio es grande porque la mayoría vive del comercio informal y en la última semana muy pocos han salido a laborar porque deben enfrentar la salida a otro sector.
Marnolis Meza Ospino, una morena de carácter recio que vivió toda su vida en la calle Bellavista, dice que de ahora en adelante comprará todos los días el Baloto. “Si me lo gano, le compro una casa a todos mis vecinos porque esta gente no tiene ayuda de nadie. Ya nada volverá a ser igual, pero doy gracias a Dios que me dio la oportunidad de salir con vida”, dijo la mujer.
Otro vecino, Gregorio Hernández Beltrán, un sexagenario con 43 años de habitar en el barrio, advirtió que nadie puede con la naturaleza. “Gracias a Dios no se ha perdido una sola vida, que es lo más importante. Aquí en mi casa vivíamos 4 familias, que ahora se reparten en El Pozón, La María y Santa María”, dijo.
Gregorio Hernández dice que lo mejor es que todo el mundo salga del barrio. “Aquí no hay servicios públicos y por eso nadie cocina, sino es con leña. Por fortuna los vecinos hacen sopa y con eso se pasa uno el día”, dijo.

La casa, lo primero

La alcaldesa de Cartagena, Judith Pinedo Flórez, informó que en el día de ayer con el apoyo del Distrito, salieron para casas arrendadas  unas 65 familias y por lo menos 20 se fueron por su cuenta. “Pero aún quedan más de 100 familias esperando, que esperamos evacuar en máximo dos días”, dijo.
La mandataria indicó que el acuerdo que tiene el Distrito con la comunidad es entregarle en el menor tiempo posible su vivienda definitiva. “Cada uno de los afectados tiene un folder completo con su información de cada casa, como estaba y la afectación”, dijo.
Además, hizo un llamado a algunos candidatos que llegan al barrio a hacerle a la gente promesas inadecuadas. “Tengo la certeza que hay aspirantes a cargos de elección popular que llegan a hablar mal de la administración y lo que hacen es atrasar los procesos”, dijo.
La Alcaldesa recalcó que el Distrito seguirá acompañando a la comunidad afectada y esta será la prioridad de su gobierno. “Así que necesito a la gente unida trabajando de la mano con la administración”.
Explicó que la falla geológica se ha extendido y lo más probable es que afecte a las casas de 6 manzanas. “Tenemos funcionarios en todos los barrios, identificando en qué barrios hay oferta de vivienda”, dijo.
“Hoy hay 1.150 familias afectadas, pero se estima que el número crecerá a 1.600 porque hay otras zonas del barrio que resultarán afectadas”.
La Alcaldesa reveló que de acuerdo a estudios, para garantizar una vivienda a cada familia se requieren $50 mil millones. “Ya el Distrito hace lo pertinente para apropiar por lo menos 15 mil millones de pesos  y la Dirección de Riesgo de la Nación y el Fondo de Calamidades, con el apoyo del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo, buscan el resto para cumplirle a la gente”, dijo la Alcaldesa.
Precisó además que el Distrito con el apoyo de la Pastoral Social hace acompañamiento en temas de alimentación a la gente que aún queda en el barrio. 
Apoyo del Departamento
Alberto Bernal, gobernador de Bolívar, se solidarizó con las familias afectadas e instó a las empresas, las instituciones y  personas que deseen apoyar entregando ayudas, a hacerlo a través del Distrito. “Lo que se debe hacer es rodear al gobierno distrital para que desde allí surjan todas las propuestas y soluciones a la grave emergencia que soportan las centenares de familias afectadas”.
En segunda instancia señaló que con el concurso del Gobierno nacional hay que buscar las ayudas humanitarias necesarias y que las mismas se hagan bajo una base de datos manejada exclusivamente por la Alcaldía de Cartagena.

Crecen grietas

Guilliam Barboza, ingeniero de la Universidad de Cartagena, responsable del estudio de suelos de San Francisco, dijo ayer que se deben hacer monitoreos en barrios aledaños como el 20 de Julio y San Bernardo porque se cree que la falla geológica puede extenderse.
“Durante 40 años se han unido varios factores que propiciaron la falla geológica que hoy tiene a cientos de familias en la calle. Estas eran unas laderas en cuya parte inferior habían unos humedales, que se  comunicaban por medio de canales naturales que iban hacia la Ciénaga de La Virgen. Hace 30 años cuando se inició el relleno de las mismas, se dio la interrupción del flujo de agua sub superficial y superficial que alimentaban esas pozas. Al cerrar ese proceso, se genera una serie de acumulación d agua y de cambios hidro-geológicos”, explicó.
A lo anterior se suma que algunas personas invadieron la parte alta del cerro y para construir sus casas debieron deforestar. “Pero además, el subsuelo está conformado por arcilla y arena, lo que permite el paso del agua”.  
Todas esas causas, explicó el ingeniero Barboza, generaron un problema de inestabilidad que se fue evidenciando cada año. Pero en 1998 se acentúo y el año pasado en noviembre, después de un prolongado invierno, se generó el fraccionamiento geológico.
“Ahora mismo, hay 7 hectáreas de San Francisco afectadas y nos preocupa que colapse la zona del 20 de julio y San Bernardo, que presentan las mimas condiciones geológicas y los mismos problemas de fracturamiento”.
 

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