Hay muchos desafíos en Ley de Víctimas y Restitución de Tierras

La Ley de Víctimas y Restitución de Tierras  tiene muchos desafíos manifestó el obispo de la Diócesis de Sincelejo, monseñor Nel Beltrán Santamaría, ayer durante la instalación del Encuentro Diocesano de Pastoral de Tierra, realizado en Sincelejo.
“La Ley hasta hoy es solo eso y un despegue, una Ley incluso en revisión en la Corte Constitucional, falta implementarla y luego vendrá la tarea de cumplirla, de ahí se derivan los desafíos que hoy nos convocan”, dijo el Obispo.
Agregó que el primer desafío es la vigilancia inteligente, valerosa y creativa, “no podemos quedarnos dormidos o dedicarnos a reformular viejas ideologías, a revivir pasiones y enfrentamientos agrarios del pasado, no,  tenemos que hacer la paz en paz, comenzando a reconciliarnos los reconciliadores”, aseveró.
Otro desafío que no debe faltar al proceso, es la luz de la inteligencia, ni la generosidad del acompañamiento y el aporte de las veedurías para apoyar al Estado a cumplir la valerosa decisión de devolver a los campesinos sus derechos.
“El futuro de la Ley y del campo es una responsabilidad primariamente estatal, pero también esencialmente ciudadana, es una responsabilidad compartida, no hay Estado cabal sin sociedad civil, la historia nos pasa a la sociedad civil ahora la palabra”, indicó.
Según Monseñor, hoy hay que ayudar a encontrar la máxima verdad, la más cumplida justicia transicional y la reparación restaurativa, pero además los mecanismos que hagan prácticamente imposible la repetición de la barbarie.
“La tarea va muy adelante, pero falta mucho todavía, y todo ello para recuperar el tejido social porque el horizonte es Colombia, un tejido despedazado por el despojo, las masacres, el desplazamiento, y porque buscamos como meta final la recuperación de los Derechos Humanos, la plena dignidad de los campesinos, el perdón y la verdadera paz”, aseveró.
Explicó que la Ley tiene un verdadero eje articulador, las víctimas y la tierra, pero hace falta un verdadero proyecto de Reforma Agraria Nacional, inscrito en el marco de un nuevo modelo de desarrollo nacional que no haga del campo una excepción en el corazón de un modelo desequilibrado.
“Es preciso aprender que no hay política sin ética, eso solo genera corrupción, y que no hay ética puramente individualista sin dimensión política y social”, dijo Beltrán Santamaría.
Anotó que hay que cambiar el discurso de que el Gobierno Nacional es el único responsable de la suerte del país, “la Ley prevé instancias y responsabilidades regionales, o en su lenguaje territoriales”, aseveró.
Al Encuentro asistieron representantes de organizaciones campesinas, agencias internacionales, instituciones agrarias, sacerdotes, laicos y movimientos apostólicos.
Asimismo, estuvieron los aspirantes a la Gobernación de Sucre: Ramón Muskus Dumar, del PIN; Julio Guerra Tulena, del partido Liberal, y Gustavo Montes, de AICO; al igual que el aspirante a la Alcaldía de Sincelejo, Carlos Vergara Montes.

Deuda con el campo
Por su parte, el director de Incoder, Juan Manuel Ospina, quien estuvo en el Encuentro, dijo que nunca había habido una disposición del conjunto de la ciudadanía del país para reconocer “que por más vueltas que le demos el corazón de Colombia históricamente y en perspectiva está ubicado en el mundo rural, hemos hecho intentos de vender la idea de que solo hay futuro y escenarios de modernidad en el mundo urbano, pero hoy la realidad es distinta, los colombianos estamos empezando a entender que mal haríamos tratando de enterrar esas raíces rurales y esa capacidad de generar riqueza rural”, aseveró.
Manifestó que otro aspecto que está cambiando es reconocer que esta sociedad tienen una deuda con el campo “hoy la sociedad colombiana, obvio con excepciones ha reconocido que allí hay una tarea inconclusa, que allí se habían dejado de lado la resolución de muchos problemas, y que era hora de enfrentarlos”, dijo.