Más de 200 mil hectáreas hay inundadas en Ayapel

De nada han valido los S.O.S que han lanzado los cordobeses para que el Gobierno nacional mire hacia Ayapel pues 200 mil hectáreas permanecen inundadas desde hace dos años.
La historia de esa tragedia se inició desde el 18 de julio del año 2010 cuando el río cauca abrió una boca en el municipio de Nechi.
Dirigentes gremiales de Antioquia entre ellos Jaime Camacho Londoño, Presidente del comité de Arroceros del bajo Cauca, lideraron un proceso para que el Gobierno asignara los recursos para tapar dicha boca.
Luego de varias reuniones con Presidente y Ministros se asignaron 12 mil millones de pesos para que la firma barranquillera Rash Ingeniería diera cumplimiento al taponamiento de la boca de Santa Anita que tienen inundado a Ayapel y a varias poblaciones de Antioquia.
La asignación de las obras, el diseño y estudios realizados por la Universidad Nacional tardaron un tiempo y las obras no se pudieron adelantar en el verano, indican los moradores de la zona.
Varios de ellos habían advertido tanto a los interventores como a los ejecutores de la obra que con la llegada del invierno las obras no se podían adelantar por el aumento del caudal del río Cauca y ocurrió que la obra colapso a mediados de abril.
Aducen vecinos del lugar que la obra colapsó por un error craso de ingeniería toda vez que las obras las adelantaron desde las orillas, dejando un estrechamiento en la parte central del río lo que hizo que se formara una especie de embudo, con la consecuencia del aumento de la energía o fuerza del agua en el centro, haciendo que esta colapsara irremediablemente.
Lamentaron que hoy en día la firma interventora diga que no hay culpa de nadie y que el error fue por un diseño equivocado, aduciendo que si ellos sabían que había un error de diseño debieron emitir la advertencia y corregirlo para evitar el detrimento patrimonial.
La situación de pobreza en Ayapel es inminente. Los cultivos están bajo el agua, las cabezas de ganado se ahogaron y la gente no tienen donde vivir. Muchos se encuentran en albergues desde hace dos años sin que el Gobierno aún vuelque sus ojos hacia Córdoba y hacia Antioquia.