Operan exitosamente a una anciana de 96 años de edad

En el Hospital Universitario de la ciudad de Sincelejo no todas las noticias son tristes, una mujer de 96 años de edad, es protagonista de un testimonio de esperanza.
Eleonora Ester Jiménez de Rodríguez, fue operada de manera exitosa de una hernia umbilical, mal que venía enfrentando desde hacía más de 10 años.
Según sus hijos, ninguno de los médicos consultados todo este tiempo, quería practicarle la respectiva intervención quirúrgica, dada su avanzada edad y delgadez.
Pero galenos del HUS se atrevieron y practicaron una cirugía que para los familiares de la mujer residente en la región de La Mojana sucreña, no hicieron los médicos, sino Dios.
Eleonora Ester vive en el corregimiento de La Solera, jurisdicción del municipio de La Solera, tiene 9 hijos, 29 nietos y 4 bisnietos y durante su “juventud” se dedico a oficios domésticos, como ama de casa.
También ordeñaba vacas, pilaba arroz y participaba en largas jornadas ganaderas en las que acompañaba a su padre y hermanos, quienes trabajaron para las fincas de Crucita Zambrano y otros ricos.
Gildardo,  uno de sus hijos le atribuye la longevidad de la fuerte mujer, a su alimentación basada en pescado bocachico, guarapo de caña, plátano y leche de vaca, pero también al trabajo pesado.
Eleonora Ester Jiménez de Rodríguez escucha, está bien de la vista, tiene la mente lucida y hasta tiene buen humor, pese a casi un siglo de vida y a pesar de haber perdido a su marido y dos hijos. 
Nació en el corregimiento de Hatillo, en el municipio de Los Palmitos en el año 1.916, cuando tenía 14 años de edad, toda su familia se trasladó en busca de trabajo a la localidad de Sucre, región de La Mojana.
Estando aquí, su padre trabajó como administrador de las fincas de varios ricos del pueblo, labor que era apoyada por sus 14 hermanos y ella, para ganar el sustento diario de toda la larga familia.
De sus hermanos, solo viven, Antonio e Ismael, su esposo, un comerciante de arroz, murió a los 60 años de edad, aun canta, cose y barre, siendo el orgullo no solo de sus hijos, sino de nueras y yernos.