Sucesos


Trajo a su hijo muerto en el baúl de un bus

NIDIA SERRANO M.

20 de junio de 2012 12:01 AM

El mototaxista Nelson Medellín y su esposa Diana Milena Muñetón tuvieron que traer el cadáver de su hijo recién nacido en el equipajero de un bus desde Santa Marta hacia Montería.
Habían llegado a esa ciudad remitidos desde Montería para buscar la solución a un problema cardíaco de su hijo, pues aquí no había el especialista que se requería para su patología.
El traslado lo había gestionado Comfacor, empresa a la que están afiliados por el régimen subsidiado.
Cuenta Medellín que su esposa salió en embarazo y tenía un carnet de Mutual Ser, pero que de un momento a otro apareció suspendida del mismo y resultó en Comfacor sin que ellos hubieran solicitado traslado alguno.
Cuando llegó la hora del nacimiento de su hijo, tras hacer derechos de petición y pedir ayudas en la Defensoría y en la Procuraduría, para lograr atención médica el funcionario de la administración municipal Julián Gómez les entregó una carta dirigida a Comfacor para que se hiciera cargo del parto.
El bebé nació en el hospital San Jerónimo. Sus síntomas presagiaban que algo no andaba bien, pues no lloró y estaba morado.
Luego de maniobras de reanimación logró normalizarse y sin hacerle chequeo alguno al día siguiente le dieron de alta y se fueron para la casa.
“Nosotros creyendo que estaba bien no los llevamos y a los 10 días le hicimos un chequeo en el Camu de Canta Claro y el médico dijo que estaba bien, luego lo revisó un pediatra y comentó que al parecer tenía un soplo en el corazón y le mandó un examen que se lo hicieron 11 días después porque demoraron en darnos la autorización”, indicó el padre señalando que hubo negligencia médica.

A Santa Marta
Una vez realizado el examen se logró detectar que el recién nacido tenía un soplo en el corazón y que era necesario hacerle una intervención quirúrgica urgente, pero en Montería no había la especialidad médica requerida de tal forma que optaron por remitirlo a Santa Marta.
“El bebé tenía un soplo en el corazón y las arterias cruzadas y se llevaron el bebé para la casa. Otra vez fui a buscar la autorización pero cuando me la dieron ya el niño estaba hospitalizado en Montería”, explicó el padre quien señaló que con el papel en la mano empezaron los trámites para el traslado.
“Contrataron una ambulancia y el traslado no fue el adecuado. El médico iba adelante con el conductor y mi esposa y yo con el niño atrás en compañía de un auxiliar que durante todo el viaje habló por celular y comió manzana”, dijo el padre señalando que tampoco tenía guantes, ni tapabocas, ni elemento alguno que permitiera manejar en mejores condiciones al bebé.
De igual forma la temperatura de la ambulancia era demasiado fría, advierten los padres.
“Cuando nos subimos el auxiliar no sabía conectar los equipos que había en la ambulancia pero el médico le explicó y se fue para adelante”, seguía contando el angustiado padre.
“El niño llegó morado, no abrió los ojos, lo conectaron a un ventilador mecánico y la doctora dijo que el traslado no había sido el adecuado. Al día siguiente de irnos, es decir el 9 de junio, el bebé murió y empezó un nuevo calvario pues no teníamos un solo peso para traer el cadáver”.
“Pedimos ayuda en la clínica, pero nos dijeron que a  ellos no les competía eso, que lo trajéramos arropadito en una sábana como si estuviera vivo para que la policía no se diera cuenta. Yo conseguí  una cajita, bolsas negras y lo envolví con bastante cinta y lo metimos en el baúl del bus como si fuera una maleta”, contó el mototaxista quien señala que está denunciando el caso para evitar que a los pacientes los sigan tratando de esa manera y que demoren los procesos cuando son urgentes.
El director de Comfacor, Luis Hoyos Cartagena, respondió ante las denuncias de Medellín señalando que la empresa hizo una obra de caridad pues esa familia aparece con doble afiliación.
“Hicimos una obra de caridad y ahora estamos en un lío”, dijo el directivo señalando que el menor tenía una patología muy delicada y que era muy difícil que se salvara.
Ante eso Nelson Medellín dijo que laboró hasta el 30 de diciembre y que si hubiera estado afiliado a otra EPS no hubiera ido a implorar a la Alcaldía y a Comfacor para que atendieran el parto de su esposa.
“Estamos tratando de instaurar un proceso judicial para que se haga justicia y que eso no siga sucediendo con otras personas por uno quedarse callado”, dijo el afectado, quien reside en el barrio El Alivio de Montería.

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