Usuarios de EPS Humana Vivir están a la deriva

Un desesperado SOS lanzaron los usuarios de la EPS Humana Vivir, que los tiene padeciendo un inacabable calvario por la falta de atención médica y administrativa en sus oficinas de Montería.
No suficiente con estos males, la gran mayoría de los más de trece mil usuarios se sienten “atrapados” porque la prestadora de salud no los libera para irse con otras EPS.
Varios de ellos, antes que ir al médico, tienen que ir a los estrados judiciales a instaurar tutelas para hacer valer sus derechos de salud, porque en la entidad no encuentran quien los atienda. Tal es el caso de Bernardo Mogollón, quien guarda un fallo a su favor, con orden de arresto y multa para el gerente nacional de Humana Vivir, por no recibir atención para un tratamiento de la vista que urge.
Ayer un grupo de cotizantes y beneficiarios se agolparon en la puerta de la entidad para requerir servicios como citas médicas y otros trámites, pero la puerta la encontraron cerrada. Allí se mantuvieron hasta mediodía, pero se fueron sin respuesta, y enfermos.
Uno de ellos fue Humberto Vargas Ochoa, de 78 años de edad, quien llegó desde su casa del kilómetro seis vía Montería – Planeta Rica en busca de autorización para tratar su diabetes. En esos trámites lleva quince días, de los cuales ninguno le ha sido favorable.
A su lado estaba su vecina Cecilia Acosta, con una carpeta de documentos para solicitar la autorización de una cirugía de quistes de ovarios para su hija de 18 años. En la carpeta portaba también facturas de exámenes costosos que ha tenido que sufragar, por la falta de atención y autorización de Humana Vivir Montería.
En otro costado de la fachada estaba Antonio Castro, un veterano pensionado que lleva veinte días esperando a que su esposa sea operada de la matriz, pero la EPS no ha dicho nada. Entre ellos también estaba Carmen Lengua Pérez, oriunda del corregimiento Sabananueva, de San Pelayo en busca de su carta de libertad para irse a otra EPS, pero dijo sentirse atrapada pues no se ha producido, ni la atención médica, ni el trámite que otorgue su liberación como usuaria de Humana Vivir.
Este es el panorama de todos los días en la sede de la entidad prestadora de salud, que no ha emitido respuesta pública que aclare el caos administrativo y asistencial que registra su sede en la capital de Córdoba.