Tuning, una forma de vida, entre rápido y furioso

Lo que para algunos parece una excentricidad para otros es todo un estilo de vida, una cultura enmarcada por el sonido de gran potencia, las sillas deportivas, los accesorios luminosos y los dibujos que en algunos casos se convierten en verdaderas obras de arte.
Se trata del tuning, una nueva afición que ha surgido entre los más jóvenes, pero que cada día gana adeptos en todas las edades, incluso los más pequeños, quienes desde temprana edad van a los eventos para deleitarse con los diseños de los autos y de las motos hasta profesionales y señoras de avanzada edad que empezaron a interesarse por el sonido que “apague a los demás”.
El tuning consiste en  convertir un vehículo normal, sin importar el modelo,  en  una pieza única y especial que esté acorde a la personalidad de su propietario. Esto se logra realizando varias modificaciones que van desde instalaciones de un radio con una caja de sonido normal, hasta cambiar la apariencia del vehículo, lo cual incluye el cambio de las sillas y la decoración del auto mediante la técnica de la aerografía.
“Son vitrinas móviles, son carros que no son comunes, toda la gente se ha acostumbrado a ver carros sin importar su gama y a apreciar sus detalles, pero con estas modificaciones lo que se busca es romper los esquemas”, explica Alex Muñoz, experto en instalaciones de sonido para carro y modificaciones personalizadas.
Los más osados se atreven a realizar modificaciones que pueden incluir la instalación de amortiguadores rítmicos, los cuales funcionan de acuerdo al vaivén de los bajos.
Quienes creían que los autos al mejor estilo de la película ‘Rápido y el Furioso’ sólo eran parte de la ficción se equivocan, ya que el tuning se ha venido desarrollando desde hace varios años en Colombia, especialmente en ciudades como Bogotá, Cali y Cúcuta a pesar de que este particular gusto por los carros personalizados implica una importante inversión de acuerdo al concepto visual que se busque.
“Existen equipos que van desde un millón de pesos hasta los “fierros” o profesionales que pueden costar entre 20 y 30 millones de pesos, pero también están los expertos que pueden alcanzar los 100 millones de pesos”, explico Alex.
Sin embargo, aclaró que los amantes del tuning han logrado tener el auto de sus sueños solo con el paso del tiempo, ya que muchos de ellos han ido modificando sus vehículos durante un año o año y medio, de acuerdo a su capacidad de financiación.
En el mundo del tuning el único límite que existe es la creatividad ya que se pueden modificar desde un “topolino” hasta una Hammer, un Mercedes Benz, un Porche y vehículos de gama alta. Pero la ‘onda’ tuning no es exclusiva de los autos, los amantes de las motos también pueden entrar en ella.
“Modificar una moto se llama customizarla y consiste en tomar una moto original y recortarle el chasis, alargarle los telescópicos para que queden tipo película como las que aparecen por ejemplo en ‘XXX’”, afirmó el experto en modificaciones. Para ello, el propietario de la moto debe llevar la foto de la moto que le gustó y con base a ella se trabaja en el diseño.
Otras motos que sirven para modificarlas son las ‘triciclo’, que son tipo Harley pero con tres ruedas, las que son sustituidas por tres asientos y se les incluye el sonido.
Aunque los seguidores del tuning son principalmente los hombres, las mujeres e incluso las familias completas han desarrollado esta pasión. Hay que destacar que los autos modificados son más para exhibición que para velocidad, ya que su peso puede incrementarse entre 50 kilos y una tonelada.