Tres veces en su vida el escritor Mario Mendoza ha sentido que la muerte ha estado frente a él, lo ha mirado fijamente y de un momento a otro cruza justo por su lado, amenazando con llevárselo por delante.
La primera vez fue cuando era tan sólo un niño por una apendicitis que se agravó. La segunda, en 1988, cuando estuvo preso en Israel y sintió que podrían asesinarlo. La tercera, en 2003 cuando falleció su padre.
En estos tres momentos de su vida sintió lo mismo, un miedo paralizante al pensar que la muerte se cruzaría en su existencia sin haber completado su obra. Esta, a la cual le ha dedicado buena parte de su vida, en la que se encuentran sus más profundas obsesiones, quedaría a medias, sin poder ser entendida en toda su magnitud.
Aunque quizás si la muerte vuelve a mirarlo a los ojos pronto y el miedo no se vaya, este escritor bogotano siente que puede estar tranquilo porque su obra está completa con la publicación de “Apocalipsis”, su nueva novela, una de las esperadas novedades editoriales de la Feria Internacional del Libro de Bogotá.
“El tema fundamental de la vida es el sentido profundo que uno tiene. A la muerte uno qué le puede oponer en una cultura que no te enseña a enfrentarla. Cuando estás frente a ella, bienes materiales y demás, van a parar a un solo lugar: a la basura. Creo que a la muerte sólo le puedes oponer el sentido profundo de tu existencia. Por eso, terminar la obra me tranquiliza. Cuando la muerte vuelva a estar frente a mí, no digo que no le tema, pero siento que ya tengo qué interponerle: mi obra”, comenta el creador de “Satanás”, “Cobro de sangre” y “Buda blues”.
Ahí Mendoza encontró el sentido de su vida, al cual le apostó todo y se la jugó pese a que la crítica literaria poco o nada le ha acompañado, cosa que sí ha hecho una legión de lectores que día a día es más grande.
Este ciclo lo cierra con “Apocalipsis”, un descenso a las profundidades de las pasiones humanas, recorriendo las oscuras esquinas del cuerpo y espíritu, realizando una reflexión sobre el verdadero sentido de estar vivos.
Un ciclo que inició con “La ciudad de los umbrales” (1992), pasando por “Scorpio City” (1998), “Relato de un asesino” (2001), “Satanás” (2002), “Cobro de sangre” (2004), así como “Los hombres invisibles” (2007), “Buda Blues” (2009). Junto a ellas, sus cuentos “La travesía del invidente” (1995) y “Escalera al cielo” (2004). Incluso, de cierta forma también entra la obra testimonial “La locura de nuestro tiempo” (2010), una especie del “making off” de lo que ha sido su producción literaria y quién es la persona que está detrás de toda esta obra.
“‘La locura de nuestro tiempo’ se cruzó de manera muy rara. Si lo pensamos psicoanalíticamente, entre tanta esquizofrenia y delirio al escribir, fue poder recordar quién era yo. Llega un momento que no sabes quién eres. Este libro es un detrás de escena de lo que sucedía en la medida de la creación de las novelas y cuentos. Un juego extraordinario entre la ficción y la realidad. En el fondo todos dudamos de la línea que divide esas dos partes, porque todos recordamos un mismo momento de manera muy diferente. Cada quien construye su propio pasado. Para mí todo es real y todo es ficción”.
Vive momentos de paz extraordinaria, en un ciclo literario que le tomó 20 años, tiempo desde el cual tenía claro que Mario Mendoza no quería escribir una novela, sino hacer una obra, aunque en ese instante no tenía del todo en su mente el mapa, la ruta que terminaría cruzando.
“Tenía luces sobre el mapa y al comienzo tenía claro hasta la novela ‘Satanás’. Sabía que me iría a lo policiaco en ‘Scorpio City’, que trabajaría psicopatología criminal en “Relato de un asesino” y ‘Satanás’, entonces fue como en la mitad que pude verlo todo con mayor claridad”.
Y agrega: “20 años creando libros que funcionan como obras independientes pero que a la vez hacen parte de un engranaje, con rompecabezas al que le faltaba ‘Apocalipsis’, lo cual es raro, algo que no se había hecho en Colombia”.
Libro de las revelaciones
Con “Apocalipsis” culmina una serie de libros que descienden a las profundidades de una urbe como Bogotá, donde la ciudad se pensaba así misma. “No son individuos pensando la ciudad, sino que es la propia ciudad pensándose a través de ellos”, continúa Mendoza.
En esta novela aparece Marcos, quien aparentemente tiene una vida normal. Su madre fallece a él nacer; todo cambia cuando su padre decide suicidarse. En ese momento termina su adolescencia, debe asumir responsabilidades inimaginables, su presente da un giro sorprendente que termina cambiando completamente su pasado y vuelve aún más incierto su futuro.
En un oscuro y alejado centro para enfermos mentales en el sur de Bogotá, descubre que vive un hermano, Bernardo, de quien no conocía su existencia. Se trata de un personaje luminoso que le cambiará la vida. A partir de ese instante, los acontecimientos se convierten en una carrera desaforada, en un acontecer atropellado y surcado por el misterio.
“Siempre quise crear un personaje como Bernardo. A lo largo de mis entradas y salidas de centros psiquiátricos, hay personajes que a mí me apasionan, entre ellos, personajes muy bondadosos como Bernardo. Me parecía un personaje tan bello de construir, que se queda solo en una ciudad como Bogotá, alucinado y enfrentado a una violencia descomunal, como la historia de un Cain huérfano que tiene que matar tarde o temprano”.
Y continúa Mendoza: “Otra de mis obsesiones son las espirales de violencia en un país como Colombia. Creo que no hay otra manera de purificar fuerzas negativas que nos agobian si no descendemos a los infiernos, y el arte es una de las fuerzas más poderosas para ello. Hay que purificar lo negativo, pero a la gente no le gusta eso, llegar a la zona inmunda y verse al espejo para darse cuenta que uno es un bicho muy repugnante. Me gustaría que los libros funcionaran de una forma de catarsis social, para que se pueda purificar y limpiar”.
En esta novela se presentan las claves de toda la obra, lo cual requirió de una minuciosa revisión de toda su obra, para planear con cuidado uno a uno los capítulos. Todo esto con los sonidos de la música de la agrupación británica “Jethro Tull”, como una especie de banda sonora.
De la mano con los lectores
Mario Mendoza creó un proyecto llamado “Lectura para todos”, con el fin de involucrar a los lectores en la creación de la portada del libro, así como en la presentación de esta novela en la Feria Internacional del Libro de Bogotá.
Desde el pasado mes de enero Mendoza abrió su blog “Proyecto Frankenstein” (mariomendozaescritorcolombiano.blogspot.com), en los cuales monta textos, perfiles y videos, logrando un contacto directo con sus lectores.
La portada la realizaron los lectores por convocatoria, igual que aquellos que presentarán la obra en la feria, con una forma de demostrar que los libros son para todo el mundo, no sólo para especialistas.
“Que me presenten los lectores en la feria es acabar con esa idea de la literatura para intelectuales, donde unos pocos elegidos hablan sobre los libros, donde es tan válida una idea como la otra. Esto va en contra de la posición del académico y del crítico. Si yo privilegio la posición de los lectores en un lanzamiento, significa que las opiniones de los académicos me tienen sin cuidado, son una lectura más. Es una invitación a la democratización de la literatura”.
Aunque culminó esta obra, le da pánico quedarse en el aire y ya viene trabajando en un libro diferente, raro, extraño y divertido.
“Hay que descansar y dejar descansar a los lectores. En dos años ya veremos”, finalizó Mario Mendoza.
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$6.500 millones de pesos para el plan nacional de lectura
BOGOTÁ- COLPRENSA
En el marco de la inauguración de la XXIV Feria Internacional del Libro de Bogotá y junto al presidente de Ecuador, Rafael Correa, cuyo país está invitado a la feria, el Presidente Juan Manuel Santos anunció que pronto se lanzará el Plan Nacional de Lectura.
“El Plan Nacional de Lectura tendrá un único propósito el de cambiar la vida de los colombianos, no por imposición sino por placer. A esto va dirigido este programa de lectura”, manifestó el mandatario nacional.
Al respecto Santos aseguró que además de los más de 6.500 millones de pesos que se invertirán este año, tres veces la suma del año pasado, dijo entre risas que espera que estas declaraciones no se malinterpreten “y no las conviertan en una crítica”.
Santos explicó que estos recursos serán destinados a renovar las existencias de las bibliotecas públicas y aseguró que se pondrá especial atención en las herramientas que incentiven la lectura desde la primera infancia.
“Con estos recursos renovaremos los inventarios de las bibliotecas públicas y entregaremos una colección de libros cuidadosamente seleccionada a 25 mil hogares de Bienestar Familiar en todo el país, con especial énfasis en la primera infancia”, señaló Santos. Agregó que se creará una red tecnológica para unir a 700 bibliotecas de todo el país, para lo cual se invertirán recursos propios y se buscará el apoyo de la cooperación internacional.
“Con el Ministerio de Educación vamos a fortalecer las bibliotecas de 6.900 instituciones educativas con una colección semilla de libros seleccionados y vamos a fomentar, en dichas instituciones, estrategias de promoción de la lectura y la escritura. En otras palabras, garantizaremos que el ciento por ciento de las instituciones educativas oficiales del país haya una biblioteca de calidad”, indicó el Presidente.
Con el Plan Nacional de Lectura también se formarán a 30 mil docentes, gestores culturales y otros agentes educativos para que sean mediadores y motivadores de la lectura y la escritura. Según el mandatario, existen muchas razones por las cuales hay que leer, entre ellas, “por acceder a la educación y a la cultura, para mejorar nuestro capital humano, nuestra competitividad, para que haya más equidad social, además del placer infinito que significa leer, vamos a dedicar nuestro esfuerzo para que los niños accedan a los textos”.
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