“El Palacio de Justicia, una herida abierta que debe sanar”

El paso a paso del juicio al coronel Luis Alfonso Plazas Vega, es el hilo narrativo de la película documental del colombiano Miguel Salazar y el sudafricano Angus Gibson, llamado “La Toma”.
Luego de ser estrenado en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de 2011, y ser presentado en diferentes eventos del mundo, llega a la pantalla de Discovery Channel este trabajo documental de dos horas, relatando los hechos ocurridos durante la toma y retoma del Palacio de Justicia en Bogotá, en el mes de noviembre de 1985.
Con la narración de Héctor Abad Faciolince, se sigue, de manera cronológica, el juicio contra el coronel Plazas Vega, quien fuera excomandante de la Escuela de Caballería y uno de los oficiales de la retoma, quien es acusado por la Fiscalía de la desaparición de 12 personas que se encontraban en el palacio.
Junto a dicho seguimiento, se empieza a narrar como en la mañana del 6 de noviembre de 1985, un grupo de 35 hombres armados, pertenecientes al grupo guerrillero M-19, se toman el Palacio de Justicia, ubicado en pleno centro histórico de la Capital del país.
Un relato de las 27 horas que duró este hecho, pero además, el calvario de los familiares de los desaparecidos, quienes no han desfallecido en los 26 años que han pasado, pese a las amenazas y los hechos violentos que han rodeado su intensa pero pacífica lucha.
“El Palacio de Justicia es una herida abierta que debe ser sanada. En ‘La Toma’, le damos la voz a las víctimas, pero también a cuanta persona ha estado, de diferentes maneras, involucrado con este tema desde 1985”, comentó Miguel Salazar, quien ahora se encuentra en Argentina adelantando un nuevo proyecto audiovisual.
Salazar codirigió este proyecto junto al sudafricano Angus Gibson, todo con el fin de darle una mirada distinta, con la distancia al suceso, a través de un director extranjero.
“El daba una pauta distinta al documental. Yo estaba en el colegio en Bogotá cuando sucedió todo esto, hace parte de mi historia, por lo que Gibson aportó la visión desde la distancia que da un extranjero, para quien el tema es ajeno y algo nuevo”, continuó Salazar.
Los asaltantes exigieron hacerle un juicio público al Presidente de la República, y ante la negativa del gobierno para negociar, las Fuerzas Armadas abrieron fuego contra el edificio.
“Intentamos tener todas las voces, desde los familiares de las víctimas, las Fuerzas Militares, así como personas del gobierno de aquel entonces”, dijo Miguel Salazar.
Durante las siguientes 27 horas, Colombia se mantuvo paralizada al observar cómo la Plaza de Bolívar se transformaba en un campo de batalla. El resultado: un palacio en llamas, 12 desaparecidos y 94 muertos, entre ellos 11 magistrados, 34 de los 35 guerrilleros, varios miembros de la fuerza pública y numerosos empleados y visitantes de las cortes.
El paradero de las 12 personas desaparecidas sigue siendo un misterio. ¿Fueron alejadas del edificio acusadas de auxiliar a la guerrilla, torturadas y después asesinadas por la fuerza pública?
Veintitrés años después de los hechos, la Fiscalía acusó de estas desapariciones al coronel Plazas Vega, uno de los comandantes del operativo militar. Su juicio se prolongó durante 20 meses, en un ambiente altamente polarizado: los abogados, los fiscales y la juez se desplazaban con escoltas, utilizaban chalecos antibalas y se tenían que enfrentar a las amenazas de muerte. Los familiares de los desaparecidos, por su parte, hacían escuchar su voz frente al juicio. El proceso judicial capturó la atención de la opinión pública colombiana y los estertores de su veredicto todavía resuenan en los tribunales.
Una cámara siguió día a día durante 18 meses el juicio al coronel Alfonso Plazas Vega. Las expectativas de los familiares de los desaparecidos y los giros dramáticos que se produjeron en el proceso judicial fueron editados junto con los testimonios de los protagonistas, quienes desde la perspectiva actual comentan lo sucedido; y con invaluable material de archivo.
Es un drama de guerra histórico, apoyado en archivos excepcionales de audio y video, muchos de ellos nunca antes conocidos por el público, como por ejemplo las grabaciones de comunicaciones radiales del ejército colombiano durante la retoma.