Contrariedad y burla aleja aún más el perdón a Borja

Paradójicamente dos de las víctimas de los “falsos positivos” del excoronel Luis Fernando Borja Giraldo, condenado a más de 21 años de cárcel, fueron solados de la Patria.
A esta contrariedad se le suma ahora la mencionada condena, la cual para los familiares de los jóvenes asesinados es una burla y hace aun más lejano el perdón a quien apagó la vida de sus seres queridos.
Todo esto en vez de sanar un poco, recrudece aun más las heridas de los familiares de Eleonais Manuel González Correa, hijo de Luz María Correa, quien ayer lloró con más dolor el demencial hecho.
En visita hecha por El Universal a su casa, ella recordó ayer entre llanto aquel 5 de noviembre de 2007, cuando varios miembros del CTI, le informaron que su hijo había muerto en zona rural de Galeras.
 “Fue un mediodía que salió de la casa contento e ilusionado porque iba a trabajar en una finca”, contó la mujer con palabras rotas por el dolor en su casa de la vereda San Miguel de Sincelejo.
En esa misma comunidad, María Feria y Jairo Sandoval, igualmente destrozados lloraron como si hubiese sido ayer, la muerte de Fabio Alberto, la otra víctima de quien fuera Comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta de Sucre.
A Fabio Alberto, cuentan, le tocó enfrentar a la guerrilla para evitar que se tomaran la base militar de Puerto Inírida, en Putumayo y el pago fue su propio asesinato por parte de la institución que con su vida había defendido.
Para quienes ya llevan 44 meses de sufrimiento, este fue daño irreparable que difícilmente tendrá su perdón y seguramente el de otros cincuenta jóvenes asesinados para ser presentados como guerrilleros dados de baja en combates.
Para las familias víctimas, 21 años de cárcel, el pago de 1.777 salarios mínimos legales y no poder ejercer cargos públicos por 20 años, “es demasiado barato para quien asesinó sin razón a más de cincuenta jóvenes”.
Los padres de los jóvenes dicen que al excoronel Luis Fernando Borja Giraldo, le debieron darle una pena de por lo menos 50 años de cárcel, por ello se sienten burlados, a parte dicen no tener ya vida tampoco.
Dijeron también entre lagrimas, que uno de los comisionistas del macabro negocio era su propio vecino Julio Chávez, quien hoy está preso en la cárcel La Vega de Sincelejo, acusado de complicidad en los “falsos positivos”.
En todo el departamento de Sucre habían varios civiles buscando a jóvenes para llevárselos engañados, supuestamente a trabajar en fincas con sueldos de 700 mil pesos mensuales y los pagaban a 100 mil.
El excoronel Luis Fernando Borja Giraldo, en su confesión dijo que en los hechos están implicados otros oficiales, suboficiales y soldados, para quienes las víctimas esperan penas ejemplarizantes.