Expolicía celoso mató a su mujer en el Edmundo López

Lo que parecía un domingo de alegría y celebración terminó en tragedia.
El expolicía Pedro Palacio mató a su mujer, Noraya Murillo Cassar, cegado por los celos luego de ver que alguien la saludaba en una tienda cercana.
La historia de la pareja se desenvolvía en medio de peleas y golpes.
Residían en el barrio Edmundo López, cuarta etapa, en compañía de tres hijos, dos de una primera relación de Noraya y una pequeña de 10 meses que tenía con Palacio.
De acuerdo con las versiones entregadas por Estefany Murillo Cassar, hermana de la víctima, ellos se enteraron del hecho porque el hijo mayor de su hermana, un menor de 9 años, presenció el hecho y se fue en bicicleta hasta el sector de Playa Brígida en el barrio Sucre a contarles todo lo que había visto: su padrastro le había dado una fuerte golpiza a su mamá y luego le había metido la cabeza en un tanque, hasta dejarla prácticamente sin vida.
Fue él mismo quien condujo a su mujer al hospital San Jerónimo de Montería y allí dijo que se había caído cuando arreaba agua.

Los hechos
La versión entregada por la hermana de la víctima indica que el sábado en la noche Pedro Palacio se había ido a tomar unos tragos con unos amigos y su hermana se había ido para casa de su madre en Playa Brígida.
Ese mismo día se encontraron de nuevo en horas de la noche en la casa que compartían en el barrio Edmundo López de Montería.
Pasaron la noche juntos, sin ningún tipo de peleas pero amanecieron el domingo con ganas de seguir celebrando el día del amor y la amistad y decidieron irse a tomar unas cervezas a una tienda cercana de su casa.
Aproximadamente a la una de la tarde Noraya le dijo a su marido que iría a la esquina un momento y se alejó sin que este se hubiera opuesto a su decisión. Sin embargo, a lo lejos vio cuando alguien saludó a la mujer con un abrazo y un beso en la mejilla, al parecer para felicitarla por el día del amor y la amistad.
Ese gesto desencadenó la ira del hombre y cuando su mujer se sentó de nuevo a su lado la increpó por el reciente saludo que había recibido.
Noraya para evitar discusiones en público, que ya eran frecuentes en la pareja, se marchó a su casa pero el marido enfurecido la siguió.
Empezaron a discutir y el hombre empezó a insultarla y a golpearla. Dentro del baño le metió la cabeza en un tanque con agua con el fin de ahogarla y cuando vio que las fuerzas de su mujer se desvanecían corrió con ella hasta el hospital San Jerónimo de Montería.
Una vez llegó al centro asistencial dijo que ella se había caído por unas escaleras cuando trasteaba agua y que él era un familiar de la mujer. Sin embargo, no dijo que era su marido y a los pocos minutos desapareció lo que levantó sospechas por parte del personal médico.
A los pocos minutos Noraya murió. La samaria, quien se había venido a vivir a Montería, le perdió la batalla a la vida.

Lo capturan
Pedro Palacio se fue del hospital sin dejar rastros y los familiares de la mujer corrieron hasta ese lugar luego de escuchar la versión de su hijo.
El domingo en la noche, Pedro llamó a su cuñada, Stefany, con el fin de preguntar por la salud de su mujer pero ella no le dijo que estaba muerta.
Le mintió indicándole que se encontraba recuperada y que volviera a la casa pero el hombre no lo hizo.
En horas de la noche del mismo domingo, la Policía lo capturó en la vía que de Montería conduce a Guateque y solo en horas de la mañana de ayer se enteró que su mujer había muerto.
El cadáver de la mujer será trasladado a Soledad, Atlántico, donde residen algunos familiares.