Perro que mordió a niño fue sentenciado a muerte

La familia de un niño de 3 años que fue atacado por un perro, sentenció a muerte al animal para que pagara por las heridas que causó en el rostro del menor, a quien los médicos le tuvieron que tomar más de 20 puntos de sutura. El hecho se registró la tarde del 23 de diciembre y gravemente herido el niño fue trasladado a la Unidad Materno Infantil (UMI) de Sincelejo, en donde los asombrados médicos le tomaron los puntos de sutura y le reconstruyeron parte de la mejilla derecha. En dicho centro asistencial el niño permaneció por espacio de tres días, tiempo durante el cual se recuperó satisfactoriamente y en el cual fue utilizado por sus familiares para sentencia a muerte a “Clifford”, quien contaba con dos años de nacido. “El perro estaba comiendo y el niño pasó por su lado y de inmediato lo atacó. Era un perro que ya se había vuelto agresivo y representaba todo un peligro, por eso en familia, en consenso se tomó la firme determinación de sacrificarlo”, aseguró el padre del menor. Por eso el domingo 27, en horas de la tarde, pocas horas después de que el niño regresara a su hogar, el perro fue amarrado y fue trasladado hasta una zona alejada denominada “La Piragua”, en donde su amo, en compañía de otra persona, a palo, le quitó la vida al violento animal. “Era la segunda vez que mordía al niño y eso no lo podíamos seguir permitiendo. También mordió a la hermanita de 5 años y en realidad el perro se había convertido en un dolor de cabeza. Nos dolió mucho y nos costó bastante tomar la decisión de matarlo, pero no teníamos otro alternativa”, dijo el abuelo del menor. La familia del niño adquirió el perro hace dos años de un criadero ubicado en el mismo barrio, en donde aún permanece Laica, madre del perro muerto. POLÉMICA La decisión de la familia del menor de acabar con la vida del perro, generó todo un debate en la comunidad del barrio Las Mercedes, en donde unos están de acuerdo con la decisión adoptada y otros en desacuerdo, pues para muchos se debió tomar otra determinación. Mientras se da el debate, el niño se recupera en su casa y en ocasiones pregunta por el animal, al cual no le guarda renco, pese a las heridas que le dejó en su rostro.