Sin esclarecer el crimen de loriquero en un taxi

Han pasado varios días y los familiares del loriquero Eduardo José Oviedo Ávila aún no han esclarecido su crimen, perpetrado al interior de un taxi en cercanías de la avenida del ferrocarril en Santa Marta.
Las versiones preliminares señalan que tal vez el atentado estaba dirigido contra Luis Antonio Bonilla Moncada, conocido con el alias de ‘Pelo e Mierda’, quien al parecer formaba parte de la banda criminal los urabeños.
En el mismo taxi se movilizaba la compañera de Bonilla identificada como Maribel Brito Brito,  de 19 años de edad.
Los tres resultaron muertos mientras que el taxista Juvenal Segundo Rueda Moncada, quedó herido pero se debate entre la vida y la muerte en la unidad de cuidados intensivos de la clínica Mar Caribe.
Los tres ocupantes del vehículo Daewoo de placas UQS 105 fueron interceptados por dos hombres que se movilizaban en una motocicleta boxer de color azul, cuyo parrillero al divisar a sus víctimas les disparó en repetidas oportunidades.
El comandante de Policía del Magdalena, coronel Wilson Barón Calderón, ofreció una recompensa de 10 millones de pesos para personas que suministren información que permita la captura de los sicarios.
De acuerdo con las informaciones suministradas por Danis Contreras, esposa del loriquero, este acostumbraba a irse en su motocicleta para San Andrecito donde vendía celulares pero el día en que ocurrieron los hechos tenía pico y placa de tal forma que dejó el vehículo en su casa.
Llegó a trabajar como de costumbre a las 9 de la mañana y permaneció todo el día en el negocio. En horas de la noche se fue a Carrefour, ubicado en un centro comercial cercano al lugar de su negocio, con el fin de comer algo y estando allí recibió una llamada de Bonilla, quien minutos más tarde llegó a recogerlo junto a su mujer.
Eran aproximadamente las 7 de la noche cuando abordaron el taxi y cuando se movilizaban por un concurrido sector fueron interceptados y acribillados al interior del vehículo.
Las versiones que se conocieron ayer establecen que el cordobés hacía las veces de escolta de la pareja que llegó a acompañarlo y que por ello estaban juntos cuando fueron acribillados. Sin embargo, familiares dijeron desconocer esta versión.