Tal y como fue aprobado en la reforma tributaria de 2006, a partir del primero de enero de 2010 los contratos de compra y venta no deberán pagar el impuesto de timbre. Según la Dian, este tributo permanece vigente para los cheques pagaderos en el país, los bonos nominativos al portador, los certificados de depósito, las garantías otorgadas por establecimientos de crédito y en diligencias como la expedición de pasaportes. A pesar de ello, la misma reforma determinó que la tarifa del impuesto sería de uno por ciento para 2008, de 0,5 por ciento en 2009 y de cero por ciento a partir del 2010. Cabe mencionar que el impuesto de timbre desapareció como tal por ser considerado un gravamen obsoleto, que dificultaba y encarecía las transacciones comerciales, promoviendo prácticas elusivas o evasivas, con incidencia en otros gravámenes. Para Juan Carlos Echeverry, este tipo de situaciones son el resultado de una estructura tributaria "regresiva y enredada que nadie ha podido enderezar porque el Congreso es otro agente que le gusta la plata, pero no le gusta ordenar las cosas públicas". Por esta razón considera que mientras no se adelante una reforma de fondo se seguirán registrando este tipo de distorsiones en el sistema tributario. "Nadie quiere ordenar de una vez por todas la casa. Colombia tiene poco margen", explicó. De hecho, a partir del 2006, este tributo se causa sobre los instrumentos públicos y documentos privados, incluidos los títulos valores que se ejecuten en el territorio nacional o que generen obligaciones, al igual que la prórroga o cesión de los mismos, cuyo valor fuera superior a 6.000 UVT (Unidad de Valor Tributario), lo que en cifras 2010 equivale a 147.330.000 pesos. Otra de las condiciones para causar este impuesto es que en la operación, el otorgante o suscriptor sea comerciante, con ingresos brutos o patrimonio bruto de más de 30.000 UVT, es decir, 736.650.000 pesos a 2010. Vale la pena recordar que con la reforma tributaria de 2006 también se eliminó el impuesto a las remesas y se transformó el impuesto a las ganancias ocasionales en impuesto de renta, con el fin de unificar su tratamiento y facilitar la aplicación. Con la desaparición del impuesto de timbre a partir de 2010 se estima que la Nación dejará de percibir alrededor de 400.000 millones de pesos. Al cierre de 2006 el recaudo por concepto de impuesto de timbre superó los 791.000 millones de pesos y pasó a casi 864.000 millones de pesos en el 2007. Ya en el 2008 el pago de este gravamen sumó 809.000 millones de pesos, registrando una caída de 6,3 por ciento frente al año anterior. En cuanto a los pagos mensuales, enero ha sido tradicionalmente el que presenta el mayo monto de recaudo de este tributo. Durante el primer mes de 2009 el pago por el impuesto de timbre ascendió a los 123.071 millones de pesos, lo que representa una reducción del 4,4 por ciento frente a igual mes de 2008. En lo corrido del año a septiembre, febrero presentó el menor nivel de recaudo del tributo con 40.876 millones de pesos. Entre enero y septiembre de 2009 los pagos por impuesto de timbre suman 498.259 millones de pesos.
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