Colegio es un riesgo para la comunidad

El colegio Luis López de Mesa, conocido como el Icce, se ha convertido en un riesgo para la comunidad educativa por su estado de abandono y deterioro. Allí funcionó el Liceo Femenino del Sinú y la institución educativa integrada del Sinú (Indes) en tres jornadas, pero ahora es una construcción abandonada que aprovechan los vándalos para esconderse y consumir alucinógenos. Con el fin de garantizar una inversión por parte de la administración departamental o la demolición de este, el abogado Pedro Nel Quintero instauró una nueva acción popular mediante la cual pretende la protección y mantenimiento de ese lugar para garantizar los derechos colectivos al goce de un ambiente sano, la seguridad pública y la utilización y defensa de los bienes de uso público. “No hay duda de la vulneración del derecho colectivo al goce de un ambiente sano de la comunidad de Montería con ocasión del estado deplorable de abandono y la suciedad donde funcionaron los mencionados colegios”, indicó el demandante. Insistió en que la construcción representa un peligro para los habitantes del sector, no solamente en lo relacionado con su integridad física sino también respecto de su integridad moral y la salubridad pública. “Esto permite concebir como comprometida la seguridad pública por el estado de deterioro, abandono y ruina del inmueble, lugar este que se presta para ilícitos o atentados contra quienes transitan por el sector, pues es apenas obvio suponer que en tales circunstancias el lugar resulte terreno propicio para ello”, señala Quintero Villarreal. SIN VIGILANCIA El abogado demandante anotó que el espacio público y la utilización y defensa de los bienes de uso público se encuentra afectado pues en un terreno conocido además como colegios propiedad del departamento de Córdoba y no se ejerce ningún control y vigilancia por parte de este ente territorial. Señala la acción popular que el bien inmueble se ha convertido en lugar perfecto para realizar actividades propias del hampa, consumo de estupefacientes, alucinógenos y alcohol, así como comportamientos generadores de violencia e inseguridad. “Este lugar se presta para cometer delitos contra la propiedad y la libertad sexual para parte de quienes se agazapan en la abandonada construcción”. En ella se arrojan basuras y deshechos en general, se realizan necesidades fisiológicas y pululan insectos y roedores en detrimento del ambiente sano y la salubridad del sector.