Cultivo de hongos comestibles

El proyecto fue una de las dos experiencias de Colombia en ser seleccionada por la Red Latinoamericana de hongos comestibles y medicinales para ser incluido en el primer libro sobre hongos en Latinoamérica. El cultivo de hongos comestibles y medicinales en desechos agroindustriales y forestales, que lidera la Corporación de los Valles del Sinú y San Jorge será refereciado en una publicación internacional. Dicho proyecto fue una de las dos experiencias de Colombia en ser seleccionada por la Red Latinoamericana de hongos comestibles y medicinales, para ser incluido en el primer libro sobre el sector emergente de los hongos en Latinoamérica, que desde México presenta su primera edición. El libro se denomina Hacia un desarrollo sostenible del sistema de producción-consumo de los hongos comestibles y medicinales en Latinoamérica: Avances y perspectivas en el siglo XXI de D. Martínez-Carrera. En el mismo se tratan de manera integral todos los aspectos del sistema de producción-consumo de los hongos comestibles, funcionales y medicinales en los países latinoamericanos, cubriendo no sólo investigaciones básicas, aplicadas y socioeconómicas, sino también experiencias comerciales a pequeña y gran escala. De acuerdo con lo señalado por los directivos de la Corporación en los 31 capítulos se discute ampliamente el creciente potencial de los hongos en una región con enorme diversidad cultural, biológica y ecológica. Así mismo, se discuten experiencias seleccionadas de otras regiones del mundo. Cada capítulo incluye un resumen en inglés y el concerniente al trabajo que se realiza en Córdoba. El manejo del cultivo se realizó de forma artesanal en las comunidades de Mocarí, Montería, y en el municipio de Tierralta, construyendo en los patios residenciales de los participantes cabinas tipo invernadero. El director de la CVS, Elder Oyola Aldana, manifestó que los hongos cosechados fueron utilizados en mayor proporción para el autoconsumo de los núcleos familiares y el excedente se comercializó de manera local en fresco y en salsas (hongos a la griega), después de realizar los ensayos respectivos de conservación. En esta primera fase, las comunidades se apropiaron de la tecnología de cultivo y se organizaron en la Asociación de Productores de Hongos Comestibles y Medicinales de Córdoba.