Sociales


Diosas y dioses de la música, en la Sabana de Bogotá

COLPRENSA

12 de octubre de 2010 12:01 AM

Cerca de doce mil personas disfrutaron de la primera jornada de este evento. Jamiroquai, Mala Rodríguez y Tego Calderón realizaron los más aplaudidos shows de la noche. Aunque los últimos días el invierno fue protagonista en la capital del país y sus municipios vecinos, este sábado la lluvia no apareció en Cajicá, población a 45 minutos de Bogotá y donde se realizó la primera versión del festival musical Nem-Catacoa. Al parecer, la organización contrató a un taita encargado de pedirle a los dioses muiscas que alejaran las lluvias del Polo Club, lugar donde se instalaron los tres escenarios, además de diversos atractivos que hacían parte de este evento. Y los resultados se dieron, el festival se realizó disfrutando de un cielo despejado, pero las lluvias de días anteriores hicieron que buena parte de las canchas del Polo Club estuvieran completamente empantanadas y el barro llegaba hasta las rodillas de los asistentes. Pese a ello, las cerca de doce mil personas que estuvieron en esta nueva propuesta de entretenimiento se gozaron uno a uno con el nutrido cartel artístico, el cual se desarrolló en dos escenarios al aire libre y en una carpa exclusiva para los sonidos electrónicos. Las puertas se abrieron cerca de las tres de la tarde, y 20 minutos más tarde empezaron los primeros shows, aunque la programación era desde las dos de la tarde, por lo que el retraso fue considerable. Quienes pagaron las consecuencias fueron las primeras bandas nacionales, quienes sólo tuvieron entre 15 y 20 minutos para presentar su show. Algunas de ellas, con toda razón, lo hicieron manifestando su disgusto. Con la llegada de la noche llegó al escenario la banda caleña “Superlitio”, la cual está estrenando vocalista, por lo que su público, que en Bogotá es considerable, estaba a la expectativa de conocer su nuevo integrante, quien no defraudó en capacidad vocal y actitud, y la gente pudo disfrutar de la música de una de las bandas colombianas más sólidas del panorama actual. Una mala muy sensual Cerca de las siete de la noche llegó la sensualidad al escenario, con la presencia de la andaluza Mala Rodríguez, quien enamoró al público, al menos al masculino, con su forma sensual y atrevida al vestir, retando completamente al típico frío nocturno que nunca abandona a la Sabana de Bogotá. Un corsé rojo en cuero y un diminuto short negro junto al coqueto detalle de los ligeros, conmocionaron al público. Es la forma de vestir de “Dirty Bailarina”, el personaje que ella ha creado para su nuevo trabajo discográfico que lleva su mismo nombre. A esto hay que sumarle la fuerza y contundencia de su música, pues en el escenario del Nem-Catacoa, realizó un recorrido por sus cuatro trabajos discográficos de música urbana, con letras de reflexión social. Junto a una corista, cinco músicos más la acompañaron en escena. Al frente de ella, un grupo selecto de sus seguidores que conocían bien una a una las canciones que ella iba interpretando, pero con su fuerza, talento y belleza Mala se fue ganando al resto del público allí presente. Pero no fue la única artista de música urbana en el Nem-Catacoa. Uno de los padres del reggaetón, el boricua Tego Calderón, subió al escenario al filo de las nueve de la noche. Un artista comprometido con el género urbano caribeño, pues sus letras no denigran a la mujer ni invitan al perreo. Son reflexiones del barrio, de las causas perdidas, del dolor del pueblo y un llamado a la tolerancia, pero también a la búsqueda individual de nuevos caminos. Su presentación simplemente fue una lección de lo que verdaderamente puede llegar hacer el género del reggaetón, aunque el mismo Tego va mucho más allá de él. Los más esperados Pero sin duda, los más esperados de la noche fueron los integrantes de la banda “Jamiroquai”, quienes por segunda vez se presentaban en Colombia, sólo un mes antes del lanzamiento de su nueva producción discográfica. A las 10:20 de la noche comenzaron con su show, cuando en el escenario aparecieron once músicos, y luego XXX, vocalista de la banda, con uno de sus tradicionales sombreros. Esta vez lo hizo con uno que parecía una corona de plumas negras largas. Ochenta minutos son pocos para disfrutar de todos los éxitos de una banda de la categoría de “Jamiroquai”, pero sin duda el repertorio escogido para el Nem-Catacoa fue el más acertado, con el que hizo bailar sin parar a los cerca de doce mil asistentes, quienes se seguían hundiendo en el barro, cosa que poco les importaba. Jay Kay no dejaba de repetir lo contento que se sentía por volver a Colombia, aunque la altura le estaba afectando. En un momento del show, mientras interpretaba una de sus nuevas canciones, uno de los asistentes al festival le pasó una botella de aguardiente, pues en este evento el licor si estaba permitido, y Jay Kay se tomó un buen sorbo. La sorpresa del sabor de este licor, desconocido para él, fue evidente en su cara, mientras se sobaba el cuello. Cerca de las doce de la noche se terminaron os shows en las dos tarimas. Sin embargo, para aquellos que querían seguir con la rumba, la Carpa Electrónica estuvo funcionando hasta las tres de la mañana. Una buena parte del público se retiró, quizás la mayoría que retornarían a ese mismo lugar el domingo, para disfrutar de la segunda jornada del Nem-Catacoa.

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