Aplazan audiencia contra atracadores

La juez Patricia Sejín Ruiz aplazó la audiencia en la que se dictaría condena a dos de los cinco hombres que participaron en el atraco a la casa de la dirigente política Mara Bechara de Zuleta el pasado mes de junio. A las 9 de la mañana de ayer llegaron esposados Yamil Vellojín Mangones y Luis Narváez Pineda, quienes formaban parte de la banda que ingresó a la casa de Bechara Castilla a robar sus prendas, luego de amedrentar con un arma de fuego a varios miembros de la familia, entre ellos al hijo de la pareja. Las razones que tuvo la jueza se fundamentaron en la ausencia del abogado Oliverio García, apoderado de Luis Narváez Pineda, quien llamó minutos antes de la audiencia con el fin de señalar que se encontraba en Turbo y que no alcanzaba a llegar a la audiencia. Con el fin de evitar falta de garantías o violación al debido proceso la jueza aplazó la audiencia para el próximo 13 de enero teniendo en cuenta la vacancia del sistema judicial. No obstante pidió la justificación por la ausencia del abogado y advirtió que si ello volviera a ocurrir podría ser investigado por falta disciplinaria. ACEPTARON CARGOS Los dos detenidos por el caso aceptaron que ingresaron a la casa de Bechara Castilla con el fin de robar sus prendas. Reconocieron ante la justicia ser los autores del hecho, pero negaron en forma categórica que hubieran hurtado 700 millones de pesos en prendas toda vez que no tuvieron acceso a la caja fuerte. Se conoció que el monto señalado por Bechara a la aseguradora fue de 700 millones de pesos, hecho que motivó a la aseguradora a pedir la declaración de los imputados para establecer la versión en la que ellos aseguraban que nunca tuvieron acceso a la caja fuerte y que no es cierto que hayan robado la cantidad mencionada. Sin embargo, la solicitud fue negada. Uno de los atracadores reside en Cereté y el otro en Montería. Los otros tres que al parecer forman parte de la banda aún no han sido capturados. Con relación a la captura hay dos versiones. La primera señala que el taxista que ellos utilizaron para trasladarse dio algunas pistas sobre el hecho y la segunda es que la esposa de uno de los implicados, quien trabajaba en una reconocida peluquería de Montería, lucía desprevenidamente una de las prendas regaladas por su esposo las cuales pertenecían a Bechara y a través de ella capturaron al responsable.