El terror deambula por el San Jorge

La situación de violencia que afecta a gran parte del territorio cordobés se a enraizado en los valles de la subregión del San Jorge, donde hay muertos que nadie reconoce y hechos que las autoridades no confirman. Son casos que se escuchan a manera de rumor, pero que la gran mayoría de ellos son ciertos y misteriosamente quedan ocultos entre los rastrojos que abundan en las zonas rurales. Recientemente se registró un hecho en el corregimiento La Rica en zona rural de Puerto Libertador, donde tres hombres fueron asesinados en un paraje solitario y los cadáveres quedaron repartidos en los caminos de herradura del Alto San Jorge. El hecho fue informado por campesinos que aseguran que constantemente se presentan asesinatos que quedan allá, algunos cadáver son devorados por aves de rapiña y otros son recogidos por familiares y sepultados en los pequeños campos santos o en fosas. Según los campesinos, está clase de hechos se hacen frecuentes en apartadas zonas rurales como Juan José, La Rica, Villa Nueva, Río Verde, San Juan de Asís y en las riberas de los ríos San Pedro y Sucio, donde algunos grupos ilegales deambulan sembrando el terror entre los habitantes. Por lo general esa situación se presenta en Puerto Libertador, donde operan las llamadas bandas criminales y también algunos frentes de la guerrilla de las FARC. Los desplazamientos a cuenta gota y silenciosos son frecuentes hasta el punto que hay poblaciones rurales donde se pueden contar con los dedos sus habitantes. Pero la intimidación y el terror no solo lo hay en zonas apartadas del San Jorge, también en zonas rurales de municipios como Pueblo Nuevo, Planeta Rica, Buenavista, Ayapel, Montelíbano, San José de Uré y La Apartada. Al parecer escuadrones de la muerte están llegando a propiedades como fincas y haciendas desplazan a los trabajadores, se toman esos predios que terminan siendo una especie de centros de operaciones de los grupos ilegales. En medio de la guerra interna que libran esos grupos ilegales, esas fincas terminan con sus campamentos destruidos por acciones violentas de ataque y contra ataque. Según habitantes de esas zonas, es común escuchar que en determinada finca explotaron tres, cuatro y hasta más granadas de fragmentación que acabaron con las viviendas de determinada finca ó hacienda ubicada en los valles de las fértiles tierras del San Jorge. Hoy, decenas de familias están en barrios marginales de los municipios, luego de ser desplazados por una guerra sin fin y muchos propietarios de establecimientos comerciales se ven obligados a pagar las llamadas “vacunas” para evitar ser asesinados o poner en peligro a sus familiares. Con voz tímida, un campesino del Alto San Jorge precisa que están a la merced de los grupos ilegales que no sólo generan desplazamiento, si no también acaban cultivos de pan coger y terminan metiendo a los hijos de los campesinos por malos caminos. Este campesino, pide la presencia permanente del Estado, no acciones momentáneas como las que han venido desarrollando a lo largo de la historia, deben ser acciones duraderas que les permitan a personas como él regresar a su parcela y volver a cultivar.