Sepultan a un militar emboscado

Luego de tres días de espera e incertidumbre, la familia del soldado profesional Jorge Luis Sabié Villadiego, quien fue uno de los 9 militares muertos en el ataque guerrillero, perpetrado a la base militar ubicada en el cerro adyacente al municipio de Corinto en el Cauca, pudo darle cristiana sepultura. Para la familia Sabié Villadiego, desde la mañana del martes anterior, cuando tuvo noticias de la muerte de su ser querido en el ataque del frente seis de las Farc a la base militar a la que se encontraba adscrito, los tres días de espera se hicieron largos y tortuosos, ya que eran muchas las versiones que se tejían sobre la traída del cadáver al seno de la familia en su natal Sahagún. Por fin a las seis de la tarde del jueves, el féretro del joven militar llegó y con ello comenzó otra odisea para la familia, toda vez que los militares que trajeron el cadáver no permitían verlo. Gracias a la gestión adelantada con la cúpula militar encargada del envío del cadáver a Sahagún, se consiguió que sólo su hermano mayor y su esposa pudieran verlo y hacerle el reconocimiento respectivo, hecho que le devolvió la tranquilidad a la familia, pues en la ciudad se tejían varias versiones con relación al hermetismo de los militares para acceder a la velación del féretro en la residencia y su reconocimiento por parte de familiares. Las honras fúnebres se cumplieron ayer en mañana en medio del dolor de familiares, amigos y militares del Batallón Junín quienes viajaron desde Montería para hacerle guardia de honor y acompañarlo a su última morada. De la familia Sabié, este es el segundo hijo que pierden estando al servicio de la milicia en el país, el primero Gustavo David Sabié, murió hace 8 años cuando estaba adscrito a un batallón del Departamento de Córdoba, y en circunstancias extrañas resultó muerto. HABLAN FAMILIARES Para los familiares de Jorge Luis Sabié Villadiego, la noticia de que su ser querido hubiese caído en la emboscada guerrillera, los tomó por sorpresa, ya que él en su última visita a Sahagún, les había manifestado que producto de las actividades propias de la milicia, había sufrido una lesión en la rodilla izquierda que le imposibilitaba participar de actividades relacionadas con patrullajes y estar destinado a frentes de combate. “Fue lo último que nos dijo en agosto cuando estuvo con nosotros, y que estaba en espera de una junta médica para asignarlo a otro tipo de actividades militares donde no tuviese que hacer esfuerzos físicos” manifestó a este medio un familiar.