Un algoritmo realizado con datos meteorológicos históricos aplicados a la famosa partitura, modifica la música para descolocar al espectador y denunciar de este modo las consecuencias del cambio climático sobre todos los aspectos de la vida.
El concierto llevado a cabo por la orquesta terminó con una pancarta en la que se podía leer: “Hemos oído de todo sobre el cambio climático. Ahora toca escucharlo”.
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