Brasil tuvo jerarquía

AP, BOGOTÁ , Publicado el 21 Agosto 2011

Brasil definitivamente no necesitó del genio de Neymar para ganar un quinto campeonato Sub20. Después de todo, tenía a Oscar, Henrique, Dudu, Danilo y Phillipe Coutinho, varios de los futbolistas que llegaron a Colombia para mostrarse como figuras emergentes del fútbol brasileño.

Su pentacampeonato en la categoría fue inapelable por más que salgan reproches de que se ha divorciado de los principios de la fantasía del “jogo bonito”, privilegiando un juego pragmático en busca del resultado.
 
Pero el talento individual y la jerarquía se mantiene vigente. Eso lo demostró en el Mundial Sub 20. Oscar y Coutinho aportaron la creatividad, mientras que Henrique _el mejor jugador del torneo_ y Dudu se encargaron de la pegada. Y tampoco podía faltar la aparición de otro lateral de físico imponente como es el caso de Danilo, quien ya se ganó su primera convocatoria a la selección absoluta.
 
En sus presentaciones ante la prensa, el técnico campeón Ney Franco sacaba pecho por otras virtudes que no son las que más se destacan cuando se habla de equipos brasileños. Mencionó el juego colectivo, el imponer las condiciones físicas y la capacidad para recomponer planteamientos sobre la marcha cuando un oponente lo complicaba.
 
Fue así como Brasil se consagró campeón en Colombia y la demostración fue el oficio que desplegó en la final. Cuando estaba a 12 minutos de sucumbir, la Verdeamerela volteó el marcador y acabó levantando otra copa más al vencer 3-2 a Portugal.
 
También lo exhibió cuando derrotó por penales a España en los cuartos de final, por lejos el mejor partido del torneo, en el que supo reaccionar tras verse abrumado por el vistoso juego de toques con el que los ibéricos han pasado a ser el equipo de moda.
 
Cuando Franco tuvo que armar el equipo para disputar el Mundial debió prescindir de Neymar y Lucas, las dos figuras de la conquista del Sudamericano a principios de año.
Se temió que Brasil hubiera perdido fuerzas con respecto a España, Argentina, Uruguay y el país anfitrión, que concentraban el favoritismo.
 
Pero que va, el grupo de Franco exhibió una mentalidad seria que abre un compás de buenas ilusiones para la selección principal, que imperiosamente precisa recambios rumbo a la Copa del Mundo de la cual será local en 2014.
 
La voz de Ney 
Ney Franco, técnico de Brasil. 
“El potencial es grande y varios de los futbolistas que obtuvieron el título llegarán a la absoluta. Esta generación es de mucha calidad; nuestras figuras llegarán en 2014 ó 2018 al combinado nacional”.
El héroe
Óscar, figura de Brasil. 
“Fue un trabajo en equipo. Traté de aportar en los anteriores partidos pero me fue esquivo el arco. Ahora, pude marcar ante Portugal, un digno rival”. 
El goleador 
Henrique, atacante de Brasil. 
“Es una felicidad de ser campeón, nosotros. De repetir lo que hicieron grandes equipos y jugadores en años anteriores (1983, 1985, 1993 y 2003). Es un honor los reconocimientos de la FIFA pero se los dedicaré a mi familia y mi novia”. 
 
Buena organización 
En cuanto a los aspectos de organización, Colombia superó su examen con magníficas notas: asistencia masiva a los estadios y elogios por la calidad de las ocho canchas. Así se sacó la espina de la frustración que fue renunciar a montar la Copa del Mundo de 1986 por problemas económicos. Y el presidente de la FIFA le pellizcó con la idea de postularse para buscar la sede de 2026.
 
Los que se fueron en blanco 
Argentina estuvo a contravía de Brasil, nulo juego colectivo, dependiendo de individualidades para vulnerar el arco rival y el desenlace fue irse en cuartos al caer por penales ante Portugal, con la triste imagen de ver a sus jugadores ser abucheados visceralmente por los colombianos. 
Uruguay fue el gran papelón. Sus juveniles llegaron en medio de las celebraciones de la conquista de la Copa América y se habló mucho del proceso integral con el que trabaja en todas sus categorías. Pero ni siquiera pudieron sortear la primera ronda, al quedar últimos en su grupo, detrás de Nueva Zelanda, y sin conseguir triunfos.
Y hay que hacer muy mal las cosas para quedar fuera a las primeras de cambio en un Sub20, ya que el formato que permite la clasificación de los cuatro mejores terceros a los octavos de final permite que ocurran situaciones insólitas.
Fue así que Inglaterra se entreveró tras empatar sus tres partidos de la primera rueda con empates sin goles y que Guatemala recibiera once goles en sus dos primeros duelos para luego ganar por la mínima en el tercero y asustar a Portugal en octavos. 
Una lección de estos torneos es que no sirve de mucho comenzar a todo vapor y que la idea es ir de menos a más. Esto lo aprendió local, que arrancó goleando 4-1 a Francia y luego se desmoronó en cuartos al caer 3-1 ante México.