Selección Colombia: 21 horas de viaje y una maleta llena de ilusiones

Carlos Caballero, enviado especial de El Universal en Rusia 2018, posa junto a unos aficionados mexicanos.

Carlos Caballero, enviado especial de El Universal a Rusia 2018 ya se encuentra en Moscú. // CARLOS CABALLERO. EL UNIVERSAL.


CARLOS CABALLERO

Mié, 06/13/2018 - 11:04


Un largo viaje, muchas horas de vuelo, 21 para ser exactos. Es el inicio de una nueva meta como profesional y como colombiano, no les voy a mentir,  tengo la ilusión de que a la Selección le vaya bien, muy bien en el Mundial de Rusia.

El primer vuelo que tomé para salir de Colombia fue en Bogotá, con destino a Nueva York, con una ruta de 5 horas y media, en un avión la verdad poco cómodo, en el que a mi lado me tocó una pareja tolimense, que aún sacaba pecho con el título de los pijaos en el fútbol colombiano. "Nacional se confió y tenga para que lleve. Estamos felices por ese logro, vamos con buena energía a Rusia a ver ganar a nuestra selección", dijo Carlos Gómez en el momento que se inició el diálogo.

A él y su pareja - me contó- los tiquetes le salieron por seis millones de pesos los dos, toda una ganga teniendo en cuenta que los adquirió hace un poco más de una semana. "Me levantaba en la madrugada para comprarlos baratos y tuve la fortuna. Estaremos con la Selección la primera fase y luego regresamos a Colombia por cuestiones laborales", agregó.

Ahí mismo en el avión me topé con Jhonatan Tamayo, el popular Manguito, un gran trovador que siempre acompaña a la selección a los mundiales y Copas Américas. Muchas han sido las tertulias con este humorista y gran amante del fútbol. "Yo vine con mi familia, somos 9 en total, de Nueva York salgo para Madrid y ahí nos vamos en carro hasta llegar a Moscú. Tengo tiempo porque no voy a inauguración, vamos viajando y conociendo hasta llegar a Saransk, en donde Colombia enfrentará a Japón el 19 de junio, en el debut en el Mundial de Rusia", aseguró.

Intercambiamos números celulares y quedó en mandarme una trova de la Selección, ojalá y así sea.

En migración le perdí el rastro a Manguito, cada quien estaba pendiente a no perder la conexión, pues la primera recomendación que dan en un vuelo internacional es ubicar inmediatamente la sala para el otro vuelo.

La conexión fue rápida, no tardé ni dos horas en Nueva York. Apenas el tiempo preciso para llegar al punto de salida. Viena, con un recorrido que demoraba 8 horas, era el próximo destino, pero con la ventaja eso sí de haber tomado un avión cómodo, de esos gigantes, con tres filas y unas sillas confortables.

Vi dos buenas películas y aproveché para dormir un poco. La verdad ese trayecto no lo sentí.

Al bajar me vi rodeado de colombianos, mexicanos, coreanos, peruanos y costarricenses. A esos fueron los que alcancé a divisar porque llevaban camisetas o gorras de su país.

Y todos reflejaban en sus rostros mucho entusiasmo, viajaban cargados de esperanzas, llenos de ilusión, con el firme deseo de asistir a una gran Copa Mundo, en la que sus respectivas selecciones pudieran hacer un gran papel.

Ahí también fue rápido todo. Llegamos a las 8 de la mañana, hora de Viena, Austria (1 a. m. de Colombia). El cambio de horario y de moneda enseguida se sintió. Un sandwich y una Coca Cola costaban 20 euros (más de 60 mil pesos colombianos) fue mi elección para gastar lo menos posible.

Se vino el vuelo a Moscú, pero antes de subir al avión alcancé a dialogar y a tomarme una selfie con dos mexicanos, uno que admira al técnico de México, el colombiano Juan Carlos Osorio y el otro no tanto. Fuimos los últimos en abordar el avión que nos llevaría a la capital de Rusia y entonces les dije: "esperemos que también seamos los últimos en irnos del Mundial". Ambos sonrieron, seguro que les sonó la frase, pues al igual que yo tienen el firme deseo que su selección avance lo más lejos posible.

El vuelo a Moscú demoró tres horas, esas que fueron las últimas para pisar por fin suelo ruso. Ahí, en ese territorio, la Colombia que nos representa va por un nuevo sueño. Una maleta llena de ilusiones que espera regresar con muchos triunfos acompaña a los hinchas que decidieron acompañar a su selección Colombia del alma. Señores: ¡Esto apenas empieza!