La filosofía del fútbol holandés ha hecho grande al español

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JOHANNESBURGO AFP

Los próceres de ayer y hoy del fútbol holandés han sido objeto de deseo de España desde los años setenta, con Johan Cruyff a la cabeza en sus etapas de jugador y técnico del Barça, quien tendrá el corazón partido de cara a la final del Mundial entre la Roja y la Oranje.

“Soy holandés pero si gana España también ganaré porque juegan al fútbol” que él mismo ha pregonado toda su vida y puso en práctica en el Barcelona, donde mostró su clase con las botas puestas entre 1973 y 1978 (dos títulos) y luego como técnico entre 1988 y 1996 (once coronas en total).
Cruyff instauró su filosofía de juego, esa que mamó en la selección holandesa, con la que fue subcampeón mundial en Alemania-1974, y en el Ajax Ámsterdam, su 'tercera' casa después del Camp Nou.
“El favorito es España. Hay mucha gente del Barcelona que en los últimos años han ganado muchas cosas en su equipo y es una selección muy fuerte que viene de ganar la Eurocopa pero en una final lo más importante es que entre tu juego”, explicó Cruyff de cara al domingo, con Puyol, Xavi e Iniesta en mente.
Técnico con más partidos (602) y más títulos ganados, Cruyff había hecho olvidar al padre del 'futbol total' que “sentó las bases” de la actual Roja, el neerlandés Rinus Michels, DT azulgrana dos veces, 1971-1975 y 1976-1978.
Su escuela fue seguida también por Frank Rijkaard, que volvió a poner al Barça en el primer plano durante su ciclo 2003-2008, ganando un par de Ligas, un par de Supercopas de España y la Champions-2006, tras suceder a Louis van Gaal, que tuvo dos períodos y en el primero hizo doblete de Liga (1998 y 1999).
Durante todos esos años, el Barcelona se acostumbró a estar medio teñido de naranja, contando en sus filas con numerosos internacionales como Patrick Kluivert, Marc Overmars, Edgar Davids, los hermanos Frank y Ronald de Boer o el fino defensor Ronald Koeman que le dio el título de Copa de Europa de 1992 con un gol.
En la actual delegación de la Oranje, el propio capitán Giovanni van Bronckhorst ha pasado por el vestuario catalán, así como el subcomandante Mark van Bommel. También uno de los ayudantes de campo del seleccionador Bert van Marwijk, Phillip Cocu.
De hecho, el dato llamativo es que actualmente el Barça no cuenta con jugadores holandeses. En cambio, su archirrival Real Madrid sí: Rafael van der Vaart, que está en Sudáfrica en busca del primer título mundial de la Oranje.
“Espero jugar contra España en la final. Parte de mi familia viene de España y yo juego para el Real Madrid”, había anticipado el zurdo de 27 años que llegó a la Casa Blanca en 2008 con la mejor reputación desde Hamburgo.
Allí se sumaba a una 'nueva ola oranje' que se hacía mayoría en el vestuario del Santiago Bernabéu, desplazando a plantillas dominadas por brasileños o argentinos por lo general.
Arjen Robben y Wesley Sneijder eran las piedras preciosas de la cantera holandesa que se sumaban a Drenthe y Ruud van Nilsterooy, quien tras su retiro blanco fue sustituido por el holandés Klaas-Jan Huntelaar, suplente de lujo en la actual Holanda.
Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, sin duda se estará lamentando de haber puesto en el mercado del verano boreal pasado a Sneijder y Robben, dos de los principales protagonistas de la final de la Champions entre Inter de Milán y Bayern Múnich, en el propio Bernabéu, y del Mundial el domingo.
“Yo al Real Madrid no vuelvo ni loco, me trataron muy mal, no supieron respetarme, no me interesa”, afirmó hace días Sneijder, todavía con rencor.