La presidenta chilena, Michelle Bachelet, defendió este jueves ante empresarios y diputados españoles la necesidad de fomentar un "crecimiento sostenido" en su país que vaya de la mano de una mayor "inclusión social".
Chile ha logrado grandes éxitos económicos desde los años 90, pero aún tiene "niveles de desigualdad que superan los promedios de la OCDE", aseguró la mandataria durante un foro económico.
Por ello, el desafío del país sudamericano, que espera crecer en un 2% en 2014, frente al 4,1% en 2013, es "cómo seguir creciendo de la mano de más inclusión social", aseguró la mandataria, que defendió como una forma de responder a este desafío su reforma educativa.
"Es una necesidad ética, moral, de justicia, pero también es una necesidad desde el punto de vista de la economía: nos va a permitir aumentar nuestro capital humano", aseguró Bachelet.
Para financiar esta iniciativa, el gobierno aplicará una reforma fiscal que permitirá recaudar unos 8.300 millones de dólares adicionales anuales que se destinarán a gastos sociales.
NUEVA CONSTITUCIÓN
Junto a estas dos reformas, Bachelet también explicó su intención de proceder a una reforma política para "fortalecer la capacidad del sistema político para representar la diversidad del país y procesar sus demandas".
Poco antes, en una intervención ante el Parlamento español, Bachelet había explicado que el objetivo es "avanzar hacia una nueva Constitución que sea íntegramente democrática, en su origen, que incorpore a todos, que sea la expresión genuina del Chile de hoy".
La presidenta había en ese discurso encontrado "un rasgo común" de malestar ciudadano en España y Chile, recordando movimientos en ambos países como el de los "indignados" que pedían cambios políticos y económicos.
"Detrás de esas banderas nuevas hay un malestar por la manera en que en nuestras sociedades se desarrollan las relaciones sociales, políticas, financieras y la exclusión que mucha veces eso provoca", explicó.
Sin embargo, en una posterior rueda de prensa con el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, alertó contra el populismo asegurando que "en toda democracia se necesitan instituciones fuertes" y aseguró que hay que buscar mecanismos para "reencantar" a los ciudadanos con la política.
Ambos dirigentes calificaron de "fructífera" la visita de Estado de la presidenta Bachelet, que obtuvo el apoyo de España para actualizar el acuerdo de asociación de Chile con la Unión Europea de 2005.
ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO
"Creemos que se necesita actualizarlo para adecuarlo a la realidad de hoy", dijo Bachelet, que presidió la firma de seis acuerdos, entre ellos uno de cooperación en la lucha contra la delincuencia, otro de cooperación científica y uno para la iniciativa "Movilidad de talentos para la transferencia del conocimiento y el desarrollo".
Bachelet mostró, en este sentido, su intención de ir hacia una economía del conocimiento y tratar de depender menos de las materias primas, al tiempo que animó a invertir en su país, al igual que hizo Rajoy.
"Es un buen momento para que las empresas chilenas y latinoamericanas inviertan en España", dijo el jefe del gobierno español.
Entre 1993 y 2013 España invirtió en Chile 15.212 millones de euros, mientras que en el mismo periodo, las inversiones chilenas en España apenas alcanzaron 90 millones.
En los intercambios comerciales, la balanza está algo más igualada, ya que el pasado año, España exportó a Chile por valor de 1.240 millones de euros, mientras que importó por 1.558 millones, principalmente minerales, escoria y cenizas.
Bachelet añadió que el país va a "invertir poderosamente en energía", especialmente en energías renovables, lo que interesa a las empresas españolas, con grandes inversiones en servicios básicos como agua, electricidad o telecomunicaciones.
Además, Chile va a poner en marcha "una ambiciosa agenda de obras públicas de 28.000 millones de dólares, de los cuales 10.000 millones de dólares son para obras concesionadas en los próximos siete años".
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