La exmandataria socialista Michelle Bachelet y la exministra del Trabajo Evelyn Matthei compartieron juegos de niñas en la base militar donde sus familias vivían.
Casi 55 años después, ambas se enfrentarán en las elecciones presidenciales del 17 de noviembre con proyectos diametralmente distintos y una historia trágica común que tiene a sus padres como protagonistas.
Cuando Michelle Bachelet tenía seis años y Evelyn cuatro, paseaban juntas en bicicleta por la base aérea de Cerro Moreno en la ciudad de Antofagasta, en el norte de Chile. Sus familias vivían frente a frente y sus padres eran muy buenos amigos, pero el golpe de Estado que instauró la dictadura de Augusto Pinochet, en 1973, le dio un tumbo a sus vidas.
Alberto Bachelet fue apresado ese mismo día y torturado hasta la muerte por mantenerse fiel al gobierno del derrocado Salvador Allende. Fernando Matthei era el encargado del lugar donde estuvo detenido y luego formó parte de la junta militar del régimen.
La carrera presidencial chilena tiene "estos compontes tan dramáticos e increíbles, como el que dos niñas que jugaron juntas en los años 50 después estén convertidas en candidatas en bandos opuestos", dice a la AFP la periodista Rocío Montes, co-autora del libro "Hijas de General", que profundiza sobre la historia que cruza a ambas candidatas.
"Alguien decía que uno de los grandes misterios de la política chilena es ver si esto es casual o producto de la historia", agrega la autora.
DOS OLIVOS Y UN RAMO DE ROSAS
Bachelet y Matthei no fueron grandes amigas como sí lo llegaron a ser sus padres, quienes compartían su gusto por la música, los libros y el deporte.
Hoy, Evelyn vive en la casa que fue de sus padres, donde dos olivos y un cerezo regalados por el "tío Beto", como llamaban a Bachelet, aún le dan sombra.
"Nos sorprendimos al darnos cuenta que no solamente eran conocidos dentro de la Fuerza Area, no solamente eran amigos, sino que los mejores amigos dentro de la institución", agrega Montes.
Aunque ellas tenían un carácter distinto, su vida en una base militar las lleva a tener rasgos comunes, como el sentido del orden, el deber y su amor por los estudios.
La muerte de Bachelet, en marzo de 1974 tras meses de prisión y torturas, marca profundamente a su hija Michelle y determina el actuar en política que hoy la tiene como la más segura ganadora de los próximos comicios tras un primer periodo presidencial, entre 2006 y 2010, cuando se convirtió en la primera mujer el llegar a la Presidencia de Chile.
Fernando Matthei era el director de la Academia de Guerra donde estuvo detenido el general Bachelet, pero no tenía responsabilidad sobre quienes estuvieron detenidos allí, según ha determinado la justicia y la convicción que se ha formado la propia familia Bachelet.
De hecho su viuda, Angela Jeria, ha defendido públicamente a Matthei. "Ella (Jeria) lo defiende, porque llega al convencimiento de que él no tenía la jerarquía, el cargo y la responsabilidad sobre la muerte de su marido", dice de su lado Nancy Castillo, la otra autora del libro "Hijas de general".
El día en que Jeria defendió en público a Matthei, la madre de Bachelet recibió un ramo de rosas del ahora general retirado en agradecimiento por sus palabras.
En 1979, Matthei tuvo gesto hacia Jeria y su hija Michelle. Tras cinco años de exilio y cuando él ya formaba parte de la junta militar fue el garante del retorno de ambas al país frente a un gobierno que las consideraba aún peligrosas.
MATTHEI, EL PIANO Y LA POLÍTICA
Evelyn Matthei estaba en Londres junto a su padre cuando ocurrió el golpe de Estado. Allá perfeccionó sus estudios de piano y luego en Chile estudió economía. Hacia el final de la dictadura de Pinochet, en la década de los 80, se convirtió en una activa militante política de uno de los partidos que apoyaban su dictadura.
En democracia, tuvo un frustrado intento por postular a la Presidencia en 1993 junto al hoy presidente Sebastián Piñera, con quien se vió envuelta en un bullado caso de escucha telefónica que derrumbó momentáneamente la novel carrera política de ambos.
Luego Evelyn se conviertió en diputada y más tarde llegó al Senado. Piñera la llamó para integrarse a su gabinete como ministra del Trabajo. En este puesto la encontró la nominación para ser candidata única de la derecha tras la renuncia de Pablo Longueira, ganador de las elecciones primarias del sector que fue diagnosticado de una depresión.
Hoy ella enfrenta a la candidata socialista, mientras su padre carga aún cierto remordimiento por no haber tenido ningún gesto con su amigo Bachelet.
"La prudencia primó sobre el coraje", dice hoy sobre aquel episodio Matthei, según el libro.
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