El presidente Barack Obama se reunirá el lunes con la secretaria de Justicia Loretta Lynch para hablar de las acciones ejecutivas que tomará para dificultar que "algunos peligrosos" puedan conseguir armas.
El mandatario informó en su programa de radio semanal que recibe tantas cartas de padres, maestros y niños sobre la "epidemia de la violencia con armas" que no puede "quedarse sentado sin hacer nada".
"El cabildeo a favor de las armas suena fuerte y está bien organizado defendiendo que cualquiera consiga armas sin esfuerzo", dijo Obama. "El resto de nosotros tenemos que ser igual de apasionados y bien organizados en la defensa de nuestros niños".
Hace poco, el mandatario instruyó al personal de la Casa Blanca a revisar posibles acciones ejecutivas, como ampliar la revisión de antecedentes.
Actualmente, los distribuidores autorizados a vender armas están obligados a revisar los antecedentes de posibles compradores. Pero grupos de defensa dicen que algunas personas que venden armas en ferias no están autorizadas por la federación, lo que aumenta la posibilidad de que las personas accedan a armas prohibidas por la ley.
Una fuente al tanto de los esfuerzos del gobierno dijo que se espera que Obama anuncie medidas ejecutivas la semana entrante que establecerían un "umbral razonable" para cuando los vendedores busquen una revisión de antecedentes. Esa persona no sabía si esto se basará en el número de armas vendidas o suma de ingresos por la venta de armas.
La fuente, quien forma parte de un grupo a favor del control de armas, no estaba autorizada a hablar de los detalles antes de que se anuncien y habló a condición de preservar el anonimato. Representantes de la Casa Blanca no confirmaron los planes.
Obama se encuentra en Hawaii en sus vacaciones anuales con su familia.
La National Rifle Association (NRA), que defiende los derechos de compra y tenencia de armas, se opone a que se amplíe la revisión de antecedentes. El Instituto de Acción Legislativa de la organización dice que estudios han mostrado que las personas enviadas a prisión por crímenes con armas generalmente las obtuvieron robándolas, en el mercado negro o de familiares o amigos.
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