Bolivia expulsó este viernes a la ONG danesa IBIS, a la que acusó de actuar políticamente contra el gobierno, principalmente en zonas rurales, constituyéndose en la primera entidad de este tipo en ser echada del país, mientras la entidad expresó su sorpresa.
El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, brazo derecho del mandatario, dijo en rueda de prensa que el gobierno "ha decidido expulsar a la organización no gubernamental de origen danés, que es la ONG IBIS", por "hacer gestión política contra el gobierno de Bolivia".
"Nos hemos cansado de tolerar la injerencia política de IBIS en Bolivia. Nos hemos cansado de tolerar que IBIS promueva el conflicto interno entre las propias organizaciones indígenas", indicó, en referencia a la organización, relacionada con sindicatos campesinos e indígenas.
IBIS (Desarrollo Internacional, Solidaridad Internacional, por sus siglas en danés) expresó en un comunicado su sorpresa por la decisión y anunció que buscará un canal de diálogo para aclarar los "malos entendidos".
"IBIS está muy sorprendida del anuncio referido en los medios de Bolivia de que será expulsada de Bolivia", indicó.
Esta es la primera organización no gubernamental expulsada de Bolivia, luego de que se adoptara esta medida extrema con otras agencias de cooperación extranjeras.
El ministro Quintana informó que "IBIS es una organización que se ha dedicado en los últimos años a dividir a las organizaciones sociales, a financiar la división de organizaciones sociales y a interpretar de manera errónea su responsabilidad, su mandato y su compromiso para trabajar en Bolivia".
Además fundamentó que el gobierno "expulsa inmediatamente" a la ONG europea, "con similares argumentos con los que trabajamos para expulsar a USAID", la Agencia de Ayuda Internacional de Estados Unidos, en mayo de este año.
Morales expulsó a la agencia estadounidense tras acusarla de entrometerse en asuntos internos y financiar a grupos políticos e indígenas de oposición.
Medio siglo de actividad en la región
IBIS es una ONG que trabaja en Bolivia en áreas rurales en los sectores de educación, cambio climático y en el fortalecimiento de la democracia intercultural del país y reveló que incluso facilitó en 1995 el viaje del presidente Morales, cuando era dirigente cocalero, a un foro social en Dinamarca.
Se instaló en Bolivia y en otras naciones de Sudamérica a finales de la década del 60, tras ser fundada en 1960 en Copenhague.
El ministro Quintana reveló además que la entidad no gubernamental "también fue expulsada de Ecuador y tengo la impresión que también dejó de trabajar en Perú, precisamente por estas razones, por su labor política, por injerencia política".
Quintana también advirtió que si existen otras ONG en el país que realicen iguales actividades políticas, serán echadas del país "porque el Estado boliviano hará ejercicio constitucional de su soberanía".
"Así como IBIS se va hoy, se van a ir otras organizaciones no gubernamentales que han distorsionado su misión con las organizaciones sociales", señaló el ministro, aunque no identificó a ninguna.
En Bolivia hay unas 600 ONG que trabajan en diferentes áreas con apoyo financiero de entidades oficiales y organismos privados, según un reciente informe del programa privado de investigación PIEB.
Las divergencias entre el gobierno boliviano y las ONG no son nuevas.
Hace una semana, la directora ejecutiva de la Red Unitas, Susana Eróstegui, que agrupa a todas las ONGs que operan en el país, reveló que las organizaciones no gubernamentales abandonaron su posición crítica de las políticas de Morales por temor a reprimendas del gobierno.
"Es una posición cómoda, en un clima de temor. Por sobrevivir uno a veces se calla. Seguro eso pasa en algunos. Tal vez hay temor a que se les restrinja financiamiento o legalmente se las pueda cerrar. Esas cosas están afectando", señaló Eróstegui al diario Página Siete.
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