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Cuba-EE.UU: hay avances, pero aún queda mucho por hacer

AFP

10 de abril de 2015 03:00 PM

Desde el histórico anuncio de acercamiento con Cuba, Estados Unidos ha relajado sus restricciones a la isla, pero aún existen varios desacuerdos entre los dos enemigos de la Guerra Fría.

Los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, que estarán juntos en la Cumbre de las Américas en Panamá este viernes, intentarán sin duda levantar los obstáculos que hasta ahora ponen trabas a la reapertura de embajadas en ambas capitales, prevista por Washington en abril.

Pero más allá del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, la normalización total de las relaciones entre ambos países será un proceso largo, lleno de obstáculos, tras 53 años de hostilidad y desconfianza.
   
1 - LOS AVANCES
Tras el anuncio de acercamiento entre ambos países, el presidente Obama relajó las restricciones de viaje para sus ciudadanos a la isla comunista (para las 12 categorías de viajeros ya autorizadas) y de transferencia de fondos de inmigrantes cubanos, que podrán ser multiplicados por cuatro.

Obama autorizó también a sus compatriotas que viajan a la isla a llevarse a casa 100 dólares en tabaco y ron cubano, y a utilizar durante su viaje a la isla sus tarjetas de crédito.

Asimismo, se extendieron los intercambios comerciales en campos clave como las telecomunicaciones y un acuerdo, firmado en febrero, hizo posible el restablecimiento en marzo de la conexión telefónica directa entre ambos vecinos.

A finales de marzo, el departamento del Tesoro levantó las sanciones impuestas a unas sesenta empresas e individuos que mantenían relaciones comerciales con Cuba.

Las empresas estadounidenses pueden también invertir en el sector privado en Cuba, que emergió tras las reformas económicas lanzadas por el presidente Raúl Castro en los últimos años.

2- LAS DISCUSIONES EN CURSO

Los gobiernos de Cuba y de Estados Unidos mantuvieron dos rondas de negociaciones, una en enero en La Habana y otra en febrero en Washington, en vista de un restablecimiento de sus relaciones diplomáticas.

La isla ha puesto como condición su retiro de la lista estadounidense de países patrocinadores del terrorismo.

En un primer tiempo, Washington no quería asociar este tema a las negociaciones, pero el Departamento de Estado ha iniciado los trámites para levantar este obstáculo.

En el caso de una notificación del Congreso por el ejecutivo, ambas cámaras disponen de 45 días para discutir la medida, pero su voto no es necesario.

Estar en la lista junto a Irán, Sudán y Siria, implica una serie de sanciones, entre ellas el bloqueo a cualquier intento de parte de La Habana de obtener préstamos de instituciones financieras internacionales.

Asimismo, ambas partes mantuvieron a finales de marzo negociaciones preliminares sobre los derechos humanos, lo que abre la vía a nuevas discusiones sobre este tema.
   
3- LOS TEMAS PENDIENTES
La principal demanda de Cuba es el levantamiento del embargo económico de Estados Unidos, que pesa sobre la economía de la isla.

Obama pidió al Congreso estudiar su levantamiento. El embargo solo puede ser eliminado por el Congreso de Estados Unidos, controlado por la oposición republicana.

Según Raúl Castro, la normalización de las relaciones bilaterales debe pasar también por una "compensación justa para nuestro pueblo por el daño humano y económico" causado por el embargo, evaluado en 116.000 millones de dólares por La Habana.

Además, el líder cubano no contempla una normalización de las relaciones "mientras que (Estados Unidos) no le devuelva el territorio ocupado ilegalmente por la base naval de Guantánamo".

Desde el punto de vista de Washington, si bien el cierre de la prisión de Guantánamo está programado, devolver a Cuba este territorio ocupado desde 1903 es algo absolutamente inconcebible.

Así como Cuba, Estados Unidos tiene también varias exigencias financieras, en compensación por las propiedades de estadounidenses nacionalizadas hace medio siglo en Cuba. Washington estima que esta factura se eleva a 7.000 millones de dólares, incluidos los intereses.

Por otra parte, La Habana exige el corte de las transmisiones de medios anticastristas difundidos desde Florida a la isla, que cuenta con fondos del gobierno de Estados Unidos.

Para finalizar, Washington reclama la repatriación de cubanos con antecedentes penales refugiados en Estados Unidos. Según Estados Unidos, La Habana ha aceptado hasta ahora recibir sólo seis de las aproximadamente 25.000 personas concernidas.

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