El presidente de Bolivia, Evo Morales, negó haber ejercido tráfico de influencias para favorecer a una expareja sentimental de 28 años, con la que tuvo un hijo, y que es ejecutiva de una empresa china con millonarios contratos con el Estado.
El mandatario ofreció una declaración de prensa para responder la denuncia que hiciera recientemente el periodista Carlos Valverde, quien señaló que Morales estuvo ligado con la abogada y empresaria boliviana Gabriela Zapata, quien representa en el país a la firma china CAMC que ejecuta varias obras de envergadura.
Morales reconoció que en 2007 Zapata fue su compañera sentimental, con quien tuvo un hijo que luego falleció. Luego cortaron toda relación personal y por ello, asegura, desconocía hasta la fecha cuál era su paradero.
"Yo no sabía dónde estaba la señora, esta mañana traté de averiguar qué era de su vida y me dijeron que se había casado. Bueno, es su derecho", afirmó el mandatario.
Para reforzar su versión de que no hubo tráfico de influencias, indicó que su gobierno le rescindió un contrato por 250 millones de dólares a la firma china CAMC, tras evidenciar retrasos en la construcción de una vital línea férrea en el centro del país.
"¿Qué tráfico de influencias (hubo), cuando se ejecutó la boleta de garantía por el ferrocarril?", insistió el mandatario.
Al responder a los anuncios de opositores de plantear un juicio de responsabilidades sobre el supuesto tráfico de influencias, el gobernante desafió a que lo hagan.
Están "hablando de un juicio de responsabilidades, que demuestren con pruebas", replicó.
Sobre la relación sentimental y el nacimiento del niño, Morales dijo sentirse dolido que ahora se saque a luz pública el incidente."Lamento mucho, duele mucho, muere el bebé y después de 10 años sacan el tema, no entiendo", complementó.
Hasta ahora era un hecho desconocido que el gobernante, padre de dos hijos, hubiera tenido un tercero.
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