Cientos de policías y militares hondureños armados con fusiles M-16 fueron desplegados este martes en zonas calientes de la capital y el centro industrial de San Pedro Sula, para combatir con "contundencia" la delincuencia, por órdenes del nuevo presidente Juan Orlando Hernández.
Con esta operación, llamada "Morazán" "estamos atacando a los criminales en una forma metódica, precisa, integral y contundente, para que los resultados sean visibles", declaró a los periodistas el jefe de la Policía hondureña, Ramón Sabillón.
Contingentes de militares y policías patrullaron fuertemente armados por los barrios marginales de la periferia de la capital, y registraron vehículos en calles y bulevares de zonas céntricas.
Durante el operativo fueron detenidos al menos 20 pandilleros en Tegucigalpa, y se decomisaron siete armas de fuego en San Pedro Sula, principal centro económico de Honduras (norte).
Esta es la primera operación que las fuerzas policiales y militares ejecutan por órdenes del presidente Hernández, quien el lunes asumió el gobierno por un período de cuatro años con la promesa de "hacer lo que tenga que hacer" para combatir violencia que azota a sus 8,5 millones de habitantes, a causa, principalmente, del narcotráfico.
La operación busca "sacar a todos los criminales del seno de la sociedad" para tener "un ambiente de paz en Honduras", indicó Sabillón.
Según un Observatorio de la Universidad Nacional, Honduras registra la tasa de homicidios más alta del mundo, 83 por cada 100.000 habitantes.
"Tenemos que usar todos los recursos que hay disponibles para enfrentar este flagelo que trae luto y dolor a las familias hondureñas", dijo el jefe policial.
En el operativo también participó la recién creada Policía Militar, que Hernández propuso y creó el año pasado con el apoyo de su partido, cuando era presidente del Congreso.
Hernández afirmó el lunes, durante su toma de posesión, que por Honduras pasa el 80% de la droga que se consume en Estados Unidos procedente de Sudamérica y que el 70% de los delitos que se cometen en su país están vinculados al narcotráfico.
El mandatario prometió atacar la violencia derivada del narcotrafico, en coordinación con Estados Unidos y los gobiernos de Centroamérica.
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