El presidente francés François Hollande rompió el protocolo en su histórica visita a Cuba, al caminar por calles de La Habana y estrechar la mano con muchos cubanos que se acercaron a saludarlo.
Luego de encabezar la inauguración del nuevo edificio de la Alianza Francesa, Hollande caminó al mediodía por el Paseo del Prado, uno de los más tradicionales de la capital cubana, que marca el límite entre La Habana Vieja y el municipio de Centro Habana, donde recibió saludos y aplausos de los vecinos y transeúntes.
"Gracias a usted", dijo varias veces Hollande a los vecinos que lo saludaban y aplaudían, mientras caminaba rodeado de periodistas. Sus escoltas no impidieron su contacto con los cubanos.
"Para nosotros es un gran acontecimiento (su visita), eso refuerza más la amistad que siempre ha habido entre Cuba y todos los países de Europa", dijo a la AFP Gilberto Rose, vecino de La Habana Vieja.
"Estos cambios para nuestro país son muy buenos porque nos da vistas de que se va a levantar el desarrollo del país (...) a partir de ahora, de todas estas relaciones", dijo por su parte Estrella Delgado, también de La Habana Vieja.
Sevilla (situado frente a la Alianza), donde encabezó un encuentro empresarial.
Hollande cumple la primera visita de un jefe de Estado occidental tras el deshielo entre Washington y La Habana en diciembre. Esta es la primera visita de un mandatario francés a la isla.
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