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La complicidad de policías agudiza el vasto fenómeno del secuestro en México

AFP

09 de octubre de 2013 06:28 PM

El rapto en plena calle de un ciudadano extranjero y la desarticulación de una banda con agentes federales son las últimas y extremas muestras del involucramiento de policías mexicanos en el fenómeno del secuestro, del que a diario hay decenas de casos según un último estudio oficial.

    Expertos en seguridad advierten que estos últimos hechos conocidos apenas son nuevos síntomas de un problema estructural de infiltración del crimen organizado en la policía mexicana desde hace décadas.
    Pero su impacto se vio reforzado después de que una encuesta oficial reciente estimó que en México, con 118 millones de habitantes, se cometieron el año pasado 105.682 secuestros, cuando hasta ahora solo se conocían cifras de las escasas denuncias que las temerosas víctimas presentaban ante la autoridad, que ese mismo año fueron solo 1.317.
    "La mayor parte de la población desconfía de la policía. Estos hechos desafortunadamente reproducen de manera muy destacada la desconfianza, y la policía no logra cambiar", dijo a la AFP Ernesto López Portillo, director del Instituto para la Seguridad y la Democracia (Insyde), un centro de estudios especializado en seguridad.
    El primero de los casos públicos en las últimas semanas fue la detención provisional de cuatro policías por su supuesta participación en el secuestro y asesinato de 13 jóvenes en el bar Heaven de Ciudad de México.
    Posteriormente se empezó a difundir públicamente un video en el que se observa a un grupo de agentes en motos policiales que sacan por la fuerza a un hombre de un coche a plena luz del día en una céntrica avenida de la capital y se lo llevan en otro vehículo. El secuestrado podría ser un ciudadano colombiano, de acuerdo a los documentos hallados en el coche.
    "Este caso es particularmente grave por su visibilidad. Se trata de personas uniformadas, en horario de trabajo, cometiendo un delito en una calle circulada, asumiendo o sin importarles que existan cámaras. Esto implica la posibilidad de que estas personas tengan una certeza o garantía de impunidad", señala López Portillo.
    El secretario de Seguridad Pública capitalino, Jesús Rodríguez Almeida, asegura que solo le constan estos dos hechos graves con involucramiento de sus policías desde que asumió en diciembre.
    El funcionario defiende que los actuales resultados en seguridad ciudadana son los mejores en décadas. Destaca que han detenido a 128 policías por diversos delitos y destituido a otros 900 por faltas menores, aunque admite que se deben profundizar los controles internos.
    "Hay malos elementos que, cuando se desvían, nosotros mismos los detenemos. Pero también hay muchos buenos elementos luchando en la ciudad", recalca Rodríguez Almeida en una entrevista con la AFP.
    El martes fue el gobierno de México el que reconoció que también la policía federal padece graves problemas de corrupción, al informar de la desarticulación de una presunta banda de secuestradores en el turístico balneario Acapulco (sur) entre los que hay 13 agentes federales.
    "En el mundo de la policía hay una gran contaminación y corrupción, lo importante es ir contra esto, tener una línea de conducta de tolerancia cero a la corrupción", dijo Manuel Mondragón, comisionado nacional de seguridad, que recalcó que desde el inicio del gobierno nacional en diciembre han arrestado también a 81 policías federales.

   ¿Infiltración o manejo del delito?
 
    Gustavo Fondevila, experto en seguridad del público Centro de Investigación y Desarrollo Económico (CIDE), señala que la magnitud de la complicidad policial en el secuestro en la capital mexicana se puede medir en las encuestas que cada año realizan entre los reos de sus cárceles, que indican que el 12% de los detenidos por secuestro eran policías.
    "En el caso del secuestro ya no es infiltración, es que los policías son administradores de este delito, ellos lo manejan. Aquí solo se secuestra si ellos te dejan actuar y les das una parte o si directamente ellos se ocupan", dijo Fondevila a la AFP.
    El experto define a la policía de la capital como un organismo prácticamente autónomo que no ha podido ser controlado por los últimos alcaldes y apunta que si en los últimos años ha habido una percepción de seguridad en Ciudad de México ha sido porque no se vivieron los atroces crímenes del narcotráfico de otros puntos del país.
    "Yo he visto el mismo 'modus operandi' desde hace 23 años. Siempre había el policía honesto que hacía su trabajo y el malandrín que se dedicaba a buscar negocio y dinero fácil", tercia Bernardo Gómez del Campo, con más de dos décadas de experiencia en agencias de seguridad.
    "Muchas veces el joven que entra a la policía con ganas de cumplir con su trabajo se ve rodeado de puro delincuente y tiene que decidir si se marcha o se convierte en un criminal", señala Gómez del Campo, que coincide con otros expertos en reclamar una urgente y profunda reforma policial.

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