La otrora monótona contienda presidencial en Brasil ahora se asemeja a una de las famosas telenovelas de este país con una recién llegada impulsada a los reflectores por el accidente de un avión y la favorita tratando de reponerse de una combinación de malas noticias.
Cuando falta poco más de un mes para las elecciones del 5 de octubre, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, despertó el sábado con la noticia en titulares de los diarios de que la economía de Brasil, que había pasado por momentos de bajo crecimiento, entró oficialmente en recesión por primera vez en más de cinco años.
Pero había otras noticias peores para ella: Una encuesta muestra que Rousseff ya ha sido rebasada por 10% por su nueva rival, Marina Silva, si la elección llega, como se espera, a una segunda vuelta.
"Ayer debe haber sido el día más difícil para la presidenta Dilma en mucho tiempo _ella sólo recibió noticias terribles", escribió Merval Pereira, columnista político del diario O Globo.
Silva era una figura periférica en la carrera presidencial hasta el 13 de agosto, cuando un accidente de avión causó la muerte del candidato a la presidencia por el Partido Socialista, Eduardo Campos, quien hasta ese momento marchaba en tercer lugar muy detrás de Rousseff.
Silva, quien era su candidata a la vicepresidencia, esperó una semana antes de ocupar oficialmente el lugar de Campos en la boleta, y su estrella ha brillado desde entonces, apoyada por el generalizado hastío ante lo que muchos consideran un sistema político corrupto e ineficiente.
Su vida es en sí misma una historia cinematográfica.
Maria Osmarina Marina Silva Vaz de Lima, de 56 años, creció en una familia de ocho hijos que vivía en una empobrecida plantación de hule en la región amazónica de Brasil. Su madre murió cuando Silva tenía apenas 15 años.
Tras una niñez en la que enfermó de malaria cinco veces, a los 16 fue afectada por la hepatitis y su padre la envió a Rio Branco, capital del estado de Acre, para que recibiera mejor atención médica. Ahí decidió entrar a un convento para cumplir con su sueño de ser monja y finalmente aprender a leer y escribir.
Silva, quien se convirtió al evangelismo, se unió al gobernante Partido de los Trabajadores a mediados de la década de 1980 y fue electa concejal de Rio Branco en 1989. Dos años más tarde pasó a la legislatura estatal antes de convertirse en senadora federal en 1995. El entonces recién electo presidente Luis Inacio Lula da Silva la hizo ministra de medio ambiente cuando tomó el poder el 1 de enero de 2003.
Silva dejó el cargo cinco años después luego de una serie de desacuerdos con otros ministros sobre la forma en que debía desarrollarse la región amazónica. En especial tuvo enfrentamientos con Rousseff, quien era ministra de Energía y quien propuso un ambicioso plan para construir presas hidroeléctricas y otros proyectos para fomentar el desarrollo económico en la amazonia.
La encuesta dada a conocer por Datafolha la noche del viernes señala que Rousseff y Silva están empatadas de cara a la primera ronda, cada una con 34% de la intención de voto.
Pero cuando se pregunta a los encuestados sobre su voto en una segunda vuelta, Silva tiene la ventaja al recibir 50% de las preferencias por 40% de la actual presidenta.
El sondeo fue realizado a 2.874 encuestados en todo Brasil entre el jueves y el viernes, y el margen de error fue de dos puntos porcentuales.
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